(Continuación) “Llover”, en su significado de caer agua de las nubes y, “a cántaros”, en el de algo que ocurre en abundancia, “llover a cántaros”, grande Guerrero, pero…
¿Ha llovido lo suficiente desde entonces?
Me refiero
tanto en el sentido metafórico musical del cantautor, nihil novum sub sole,
como en el literal meteorológico del lenguaje coloquial; en ambos, dado: de una
parte, la más que mediocre etapa política e ideológica que nos toca vivir y padecer
(‘Estamos amasados con libertad, muchacha, / pero ¿quién nos ata? / pero
¿quién nos ata?’)
Y, de otra, los
periodos de sequía cada vez más frecuentes y extensos en el tiempo, ya sabe el
cambiante cambio del climático clima, por cierto, ya de la que va, ¿hay emergencia de cambio climático? ¿Qué opinión tiene al respecto?
Pero a lo que vamos, ¿pueden poner dichas sequías en riesgo de extinción el uso de esta frase de lluvia cantarera?, ¿la llegarán a conocer nuestros hijos? Lo dejo aquí pues no es poca la química que nos queda por ver del agua de lluvia: color, sabor, pH, olor, cosas así.
El color del agua de lluvia
Bueno, no
debería ser ninguno ya que está formada en un principio solo por agua, H2O, de la que, desde los tiempos
bachilleres sabemos se trata de un compuesto
químico incoloro, inodoro e insípido; incoloro porque
es transparente, al estar formadas sólo por moléculas constituidas
por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.
Si bien en
puridad, y por razones ópticas que no hacen al caso, el agua se tiende a ver de
color azul, esta propiedad se puede determinar en los
laboratorios: de forma colorimétrica, comparando la muestra con un estándar, o
mediante un espectrofotómetro.
Ya, pero le decía más arriba que dicha composición del agua de lluvia era en exclusiva de agua solo en principio, pues tampoco ignoramos que en suspensión -tanto al subir a, como al caer de, las nubes- sus gotas arrastran diferentes sustancias presentes en la atmósfera que le pueden conferir color, sabor, pH, olor.
El sabor del agua de lluvia
Más de lo mismo. Si bien el agua, H2O, como tal es insípida
porque no sabe a nada, aunque la llamemos agua dulce, no podemos decir
lo mismo del agua de ascenso a las nubes por evaporación y de su posterior
precipitación, lluvia, ya que en dichos desplazamientos puede transportar
sustancias químicas, bacterias, parásitos o virus que le confieran sabor. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
1 comentario :
Me gustan las entradas de más contenido puramente científico.
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