jueves, 1 de febrero de 2024

DCPS. Calle Miguel Servet (2)

(Continuación) De hecho daba una vuelta de tuerca más: quien creyera en el dogma trinitario era un ateo porque negaba al Dios único y verdadero; Dios era uno y punto; el Hijo fue concebido por María y de eterno nada de nada; y el Espíritu Santo había que tomarlo como la inspiración a través de la que la divinidad actúa en los hombres, o algo así.

Para que se haga una idea llega a comparar a la Santísima Trinidad con el “Perro Cancerbero de tres cabezas”. Como recordará Cerbero era el can monstruoso y tricéfalo de la mitología griega, encargado de custodiar la puerta del Hades, el inframundo griego, para que los muertos no pudieran salir ni los vivos entrar.

De ahí que cancerbero sea uno de los magníficos sinónimos que tiene el puesto del último jugador de un equipo de futbol que defiende en el campo, también llamado portero, guardameta, arquero, …

Primeras obras teológicas: Dialogorum de Trinitate, 1532

Una obra a la que siguieron el año siguiente, 1532, Dialogorum de Trinitate (“Diálogos sobre la Trinidad”) y otra suplementaria, el opúsculo De Iustitia Regni Christi (“Sobre la Justicia del Reino de Dios”), aunque aquí anduvo más fino y repartió la culpa del escándalo provocado por el libro entre su impericia teológica y cierta negligencia profesional de los tipógrafos.

Lo suyo quedó en una corrección a medio camino según la cual, la naturaleza divina de Jesús le viene no de sí mismo sino de la participación con su Padre. Vamos un sí pero no, que a nadie deja contento; un sí pero que con el tiempo terminaría siendo un que no, que no.

Mas no quedó ahí la cosa, pues en estas obras también acusaba a los luteranos de haber tergiversado la traducción de la Biblia, así que el sigenense daba a diestro pero también a siniestro e iba mucho más allá de lo que permitían los planteamientos de los propios reformistas alemanes, lo que ya se puede imaginar no les gustó ni pizca.

Vamos que era un hereje para los mismos herejes, toda una metáfora de la fe. En el opúsculo afirma: “... ni con estos ni con aquellos estoy de acuerdo en todos los puntos, ni tampoco en desacuerdo. Me parece que todos tienen parte de verdad y parte de error y que cada uno ve el error del otro, mas nadie el suyo... Fácil sería decidir todas las cuestiones si a todos les estuviera permitido hablar pacíficamente en la iglesia contendiendo en deseo de profetizar.”. 

Con un par como quien dice, oscense tenía que ser. De modo que aquí tiene a nuestro hombre con poco más de veinte años, con “sus primeros libros revolucionarios” ya escritos, perseguido por todas las religiones importantes de la época, y con sus libros prohibidos en toda Europa. 

No, no se puede pedir más por menos y urgía ocultarse; que es lo único que pudo hacer el joven y lo hizo a toda prisa. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 11 de septiembre de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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