[Esta entrada apareció publicada el 23 de febrero de 2024, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
El próximo jueves 29 de febrero del actual calendario gregoriano será el sexagésimo (60.º) día de este año del Señor que como bien sabe, solo existe en los años bisiestos, es decir que lo vemos como pronto cada cuatro años; se trata de un día adicional en este ahora segundo mes, de modo que a partir de la fecha quedan 306 días para finalizar el periodo anual.
Unos años bisiestos que desde la instauración
del calendario gregoriano han de cumplir dos requisitos para serlo. El
primero proviene del anterior calendario juliano y es el más conocido, nos
dice que la cifra del año ha de ser divisible entre 4, y así, el pasado 2020
fue bisiesto, como lo es el actual 2024 y lo será el próximo 2028.
El segundo, una de las dos medidas que vinieron de mano de la instauración del gregoriano en 1582, es una excepción que afecta a los años que son múltiplos de 100, o sea, aquellos que son de fin de siglo o finiseculares; vamos los que terminan en 00, que en este caso serán bisiestos si también son múltiplos de 400. Una propiedad que podemos determinar fácilmente, con solo prescindir de los dos ceros y comprobar que el resto del número sea múltiplo de 4: con esta regla fueron bisiestos 1200, 1600 y 2000, como lo serán 2400, 2800 o 3200; pero no lo fueron 1700, 1800 y 1900, como tampoco lo serán 2100, 2200 o 2300. Es así porque 12, 16, 20, 24, 28 y 32 son múltiplos de 4, mientras que 17, 18, 19, 21, 22 o 23 no lo son. Una condición aritmética que implica que cada 400 años haya 97 bisiestos de 366 días y 303 normales de 365 días.
Ya a una escala temporal más humana, se trata de un día del mes que, a lo largo de nuestra existencia, conoceremos entre veinte y veinticinco ocasiones, si la vida no nos falla antes. Por cierto, no quiero que se me pase poner negro sobre blanco la razón astronómica de su existencia, que no es otra que la de corregir el desfase entre la duración del año trópico de 365 días 5 h 48 min y 45,10 s (365,242189 días) y el año calendario de 365 días.
La solución, ya la
sabe, pasa por aumentar la duración de este último con un día extra y
contabilizar la acumulación aproximada de 1/4 de día por año. Acabo con un par
de curiosidades y un refrán: en los años bisiestos se celebran los Juegos
Olímpicos, estos empezarán el 26 julio; 2024 es también un año
autobiográfico; y, ya sabe, ‘Febrerillo el loco, tiene días veintiocho;
pero si bisiesto fuere, cuéntale veintinueve’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si
desean ampliar información sobre ellas.
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