viernes, 23 de febrero de 2024

DCPS. IES Miguel Servet (y 4)

(Continuación) Y con él ardieron en la pira, las pocas copias que se salvaron de su Christianismi Restitutio tras su publicación, bueno al parecer se salvaron tres, una de la cuales llegó a Leibnitz y, por mediación de él, a Voltaire y Locke. Algo es algo, y más que nada.

Una aportación científica que pasó desapercibida

En puridad hay que hacer algunas puntualizaciones al papel que como científico jugó en la exposición y divulgación de la circulación pulmonar humana.

Para empezar, es un grave error adjudicarle su descubrimiento, lo más probable es que su trabajo lo basara en los estudios previos del médico sirio musulmán Ibn Nafis (1213-1288), que sí fue el primero en hacerlo, trescientos años antes, junto con la postulación de la existencia de redes capilares.

Es más, ni siquiera fue el primero en describir la circulación menor en su época, de hecho, está constatado que la idea ya estaba en el ambiente médico tanto en París como en Bolonia y Roma desde hacía años. O sea.

Pero, aunque lo hubiera sido, que no fue el caso, de poco habría servido dado que dicho conocimiento no estaba incluido en un libro de fisiología sino de teología, por lo que pasó del todo inadvertido además de, para más inri, ser un volumen perseguido, quemado y del que quedaron poquísimos ejemplares tras el trabajo exterminador de Calvino.

No, siempre ha sido algo inadecuada este tipo de asociación científica entre Servet y la circulación menor, dado que la información sobre la misma fue quemada junto con la teológica, y su conocimiento fue olvidado hasta que el médico inglés William Harvey (1578-1657) la publicara, setenta y cinco años después, en su obra De Motu Cordis,1628. O sea que.

Un hombre del Renacimiento

En cierto modo podemos decir que Servet fue un notable científico, aunque dicho esto en términos limitados -en realidad solo para la historia de la medicina y, eso sí, sin ningún tipo de relevancia científica en ella, ni siquiera en su época-.

Destacar el puesto de ayudante de disección que hereda en la Universidad de París del famoso anatomista Andrés Vesalio (1514-1564), considerado el padre de la anatomía moderna, y de su obra, prácticamente desconocida, solo un escrito sobre jarabes que alcanzó seis ediciones junto a alguna que otra polémica, ya conoce al personaje.

No obstante, la primera mitad del siglo XVI que le tocó vivir fue el tiempo en el que se asentaron las bases de lo que hoy conocemos como la Revolución Científica Moderna y por tanto, en ese sentido, él es un humanista total.

Estudioso de diversas ciencias (anatomía, astronomía, matemáticas, física, meteorología, geografía, medicina, jurisprudencia), dominador de varios idiomas, además de teólogo, experto en la Biblia, profesor de matemáticas y astronomía (o astrología), médico, anatomista condiscípulo de Vesalio.

En mi más que prescindible opinión, la importancia de “Revés” no radica en su medicina, sino en su teología y en defensa de la libertad. ‘Cada cual es como Dios lo ha hecho, pero llega a ser como él mismo se hace’. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 02 de octubre de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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