(Continuación) Pues bien, sepa que a nuestros nobeles les encantaba montar en bicicleta y tanta era su afición que emplearon el dinero que le dio uno de sus primos como regalo de boda, en comprarse dos bicicletas y con ellas irse de luna de miel en julio de 1895 por la Bretaña francesa, ¡qué me dice!
Una singular y larga travesía nupcial que no fue un hecho aislado: siempre que podían se desplazaban por París en ellas y, una vez a la semana, recorrían 12 km para visitar a los padres de Pierre; es más, el verano siguiente al de su boda repitieron la experiencia y a golpe de pedales recorrieron parte del interior del país galo.
Marie, con la minuciosidad que siempre le caracterizó, anotaba
en un libro de cuentas todos los gastos familiares de la casa, y lo hacía como
si fuera el mismo cuaderno del laboratorio donde investigaba la radiactividad.
El de la casa tiene un apartado destinado al ciclismo, bastante cuantioso por cierto, donde aparecen las partidas económicas destinadas para la ‘tenue de sport’, los recambios y arreglos de las máquinas o el pago del impuesto anual de bicicleta, pues en aquella época se consideraba un bien de lujo. Radiactividad y ciclismo en pareja.
Ernest Rutherford (1871-1937)
Permaneciendo en este campo de
la física, nuestro siguiente científico deportista es el físico y químico
neozelandés Ernest
Rutherford, considerado como “padre de
la física nuclear” pues no en vano estudió las partículas radiactivas -alfa (α), beta (β) y gamma
(γ)- por lo que recibió el Premio
Nobel de Química en 1908.
Es probable que le suene
su nombre de los tiempos escolares ya que un modelo
atómico lleva su nombre, al probar la existencia del núcleo atómico con toda la
carga eléctrica positiva y casi toda la masa del átomo.
Pero a lo que vamos y nos trae, al joven Ernest se le daba muy bien jugar al rugby, tanto que, aparte de convertirle en una figura popular en el instituto, le permitió obtener una beca para estudiar en la Universidad de Canterbury de Nueva Zelanda.
Y aunque lo practicó durante bastante tiempo, no he logrado averiguar en qué
puesto jugaba, sus últimos años los dedicó a jugar al golf. La naturaleza termina por
imponerse siempre.
Albert Einstein (1879-1955)
Desde el punto de
vista científico no diremos nada de quien está considerado como la segunda
persona más influyente de la humanidad, precedido sólo por Isaac Newton (quizás el más
decisivo en toda la historia humana) y delante de, probablemente, Arquímedes otro que tal. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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