Al parecer, a veces, ocurría que Einstein no
pronunciaba bien alguna palabra en español o se le atragantaba una expresión,
lo que terminaba provocando las sonrisas de los asistentes. Otras, al no
encontrar el término correcto en francés, el físico lo decía en alemán, para
que a su vez alguien del público lo tradujera de manera espontánea al español.
En fin, lo que se dice, algo serio, divertido y didascálico.
Recordar que en 1920 Ramón y Cajal, entonces
Presidente de la Junta de Ampliación de Estudios (JAE), junto a Rey Pastor
había invitado a Einstein para visitar España, un encuentro que no pudo
ser por problemas de agenda del alemán y que se retrasó tres años.
Acerca del encuentro entre los dos sabios
A un siglo vista, sigue sin estar claro ni quién propuso y
organizó el encuentro entre los dos nobeles, Ramón y Cajal y Einstein,
ni cómo lo pudo conseguir teniendo en cuenta las dificultades de ambos: las del
físico relativista, de naturaleza temporal, dada la apretada agenda que tenía
programada para sus días en la capital.
Pero el caso es que, a pesar de todo y al parecer de todos,
a las ocho y media de la tarde de ese lunes 5 de marzo la estrella del
momento, Albert Einstein, estaba con un más que consagrado Santiago Ramón y
Cajal, quien diecisiete años antes había sido galardonado con el Premio
Nobel en Medicina de 1906, junto al catedrático de la Universidad de Pavía,
Camilo Golgi.
Y poco más
Y poco más le puedo contar acerca del encuentro, un
encuentro en la cumbre que diría alguien, y al que al parecer lo llevó en su
propio coche el pariente de su mujer Elsa, Kuno Kochertaler. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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