miércoles, 5 de abril de 2023

Centenario de Einstein en España, 1923. Impresiones personales

(Continuación) Por desgracia no existen fotografías de dicho encuentro, que por fuerza debió ser breve, ni se conocen apenas detalles del mismo y por supuesto se ignora de qué hablaron ambos hombres, en qué idioma lo hicieron, quizás en francés, y hasta de si necesitaron de un mediador en la conversación dado el delicado estado de don Santiago.

Se desconoce también si a esta visita al nobel, Einstein fue acompañado de Blas Cabrera, quien por cierto unos años antes, en 1894, se había trasladado a Madrid para estudiar derecho, como su padre, pero debido a la influencia de Ramón y Cajal y su entorno científico, cambió letras por ciencias, derecho por física. Las dos culturas.

Impresiones personales: Einstein

Ya le dije que Einstein conocía desde finales del siglo XX la trayectoria científica de Ramón y Cajal, pero no le dije cómo sabemos de este conocimiento, lo que hago a continuación. Abro paréntesis.

En la entrevista que le realizó el periodista Révéscz en el tren viniendo a Madrid, más bien un “aquí te pillo, aquí te mato”, al ser preguntado por los científicos españoles que conocía, el físico mencionó a sus colegas de disciplina científica, Terradas y Cabrera, y a continuación a don Santiago. O sea. Cierro paréntesis.

Y en su lacónico diario, Einstein, dejó constancia del encuentro del lunes 5 de marzo y la impresión que le había causado, escribió: “Visita con Cajal, maravilloso viejo. Gravemente enfermo”. Un viejo enfermo que, a pesar de la gravedad de su estado, superaría ese achuchón pues no falleció hasta el 17 de octubre de 1934, es decir, más de una década después de la mencionada visita.

Un viejo que, por otro lado, no lo olvidemos, es frecuentemente citado como “padre de la neurociencia” y considerado cabeza visible de la llamada Generación de sabios (científicos) españoles, correspondiente a la década de 1880. O sea que.

Impresiones personales: Ramón y Cajal

Sin embargo, y como factor diferenciador, no ha quedado constancia escrita, ningún tipo de documento, de la impresión que Einstein causó en Ramón y Cajal, tanto en lo personal como en lo concerniente a la charla.

Ni rastro alguno en la tercera y última edición revisada de los Recuerdos de mi vida (mayo de 1923) por razones evidentes, pues el último capítulo acaba con acontecimientos de su jubilación producida el año anterior. Pero tampoco ni una palabra en su obra El mundo visto a los 80 años (1934) donde no se hace ningún tipo de mención de esta visita. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 


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