Publicada por
primera vez en 1931, Un mundo feliz es la novela
más famosa del escritor británico Aldous Huxley (1894-1963).
Brave
new world
(título original inglés) es un viaje a través de la ciencia ficción, escrita
por un adelantado a su tiempo. Una obra visionaria. Una utopía entre irónica y
ambigua.
Un mundo feliz:
la ironía
Nos describe una
humanidad desenfadada, saludable y avanzada tecnológicamente, donde la guerra y
la pobreza han sido erradicadas. Todos en este mundo son permanentemente
felices.
Sin embargo, todos
esos logros, se han alcanzado eliminando la familia, la diversidad cultural, el
arte, la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía. Ésa es la ironía. Ya
saben. Todo por nosotros pero sin nosotros.
En esta sociedad
futurista, todos los niños son concebidos en probetas, fabricados por el
Gobierno mediante la reproducción
artificial. La ‘fecundación in vitro’ es el único método posible.
La reproducción
humana es ya, sólo, un procedimiento científico.
Y los individuos
nacen genéticamente condicionados para pertenecer a una de las cinco posibles
categorías de población. Cada uno tendrá su rol social, según la inteligencia
predeterminada que les haya tocado.
Es decir viven
separados en castas. De la más
inteligente a la más estúpida son: Alpha,
la élite; Beta, los ejecutantes; Gamma,
los empleados subalternos; Delta y Epsilon, los destinados a trabajos
arduos.
No sólo las
enfermedades están erradicadas sino que se evita cualquier tipo de dolor o
preocupación. Se consume el soma, la
droga legal que suministra el sistema y que evita hasta la menor de las angustias.
El resultado es que
todo el mundo logra estar permanentemente despreocupado y no necesita cuestionarse
nada.
‘Un
mundo feliz’
es una estructura social dominada por la tecnología, que concibe al ser humano
como pieza de una cadena de producción, cuyo único propósito es generar
riqueza. Lo que no parece importar a nadie.
Ya saben. Manipulados
pero felices.
Un mundo feliz:
la ambigüedad
En un principio
la novela da la impresión de que está escrita para lanzar un mensaje contra el
socialismo y el comunismo. Resulta evidente al retratar a los seres humanos
como piezas de una cadena de montaje.
Sin embargo, durante
su lectura, se hacen notorios también ciertos apuntes contra el capitalismo y
el consumismo. Aquí la ambigüedad.
Por ejemplo enseñando
a los niños a odiar el medio ambiente, a la vez que se les inculca el deporte
al aire libre. Eso sí, siempre que se practique con un artículo deportivo que
signifique haber hecho un gasto económico.
También en los
adultos aparece esta ambigüedad. No se permiten ni el arte ni la religión. La
gente no puede amar, pero el gobierno incita a tener relaciones sexuales promiscuas.
A la gente se le
enseña a pensar de cierta forma mientras son jóvenes y se les programa para que
sean felices y disfruten el resto de sus vidas. El resultado es que la falta de
moral acaba con la familia y el amor, quedando los seres humanos a merced,
únicamente,
de las pasiones.
'Un
mundo feliz’ es
la descripción de lo que sería una dictadura perfecta ya que tendría toda la
apariencia de una democracia. Una cárcel sin muros de la que los prisioneros nunca
pensarían en fugarse, sencillamente, porque no lo desean.
Gracias al
sistema de consumo y entretenimiento, ni siquiera lo sueñan. Más que presos son
esclavos, solo que ellos no lo saben.
Un mundo feliz:
el futuro
En este libro
visionario, Aldous Huxley, imagina
una sociedad que utilizaría la genética
y la clonación para el
condicionamiento y el control de los individuos. Un mundo ficticio donde
"la perfección" es elevada al rango de categoría.
Un punto de
vista futurista que se lleva al extremo, para mostrar lo peligroso que puede
ser el control y la falta de individualidad.
También nos
anticipa lo que el desarrollo científico-tecnológico nos traerá. Huxley nos
habla de avances.
Entre otros predice
las maquinillas de afeitar eléctricas, los tejidos sintéticos, las hormonas
sexuales artificiales y los cines que permiten sentir físicamente lo que ocurre
en la pantalla.
También los viajes en trenes ultrarrápidos, en helicópteros o en cohetes, la relajación con máquinas de masajes y la mezcla de aromas, colores y música.
También los viajes en trenes ultrarrápidos, en helicópteros o en cohetes, la relajación con máquinas de masajes y la mezcla de aromas, colores y música.
Lo que no está
nada mal. Recuerden que fue escrita hace ahora 70 años.
Sí, la ciencia
ficción lleva siglos rebasando los límites de la mente humana e influyendo en
otras actividades sociales. Por ejemplo en la música.
Más de una banda
de heavy metal han interpretado o compuesto canciones con ese nombre. Quiero
recordar las británicas Iron Maiden,
que a su duodécimo álbum lo titularon de forma homónima, Brave new world, y Motorhead
que tiene también una canción con ese título.
Por si quieren
escuchar a Iron Maiden.
3 comentarios :
Gracias
Me gustaría que comentara más libros
Hace tiempo que no recomienda un libro. Vendría bien para estas fiestAS
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