Es poco sabido que la actividad a la que Carlos Linneo dedicó toda su vida , el catalogar plantas, le hizo objeto de burla de sus contemporáneos y víctima de escarnio.
Sus conferencias suscitaban, cuando menos, carcajadas. "¿Para qué sirve eso?" le preguntaban.
Hasta Jonathan Swift en sus Viajes de Gulliver de 1726, se mofaba de científicos como él.
Pero sabido es que quien rie último, rie dos veces. Y los nombres latinos que Linneo dio a las plantas siguen usándose hoy y es la base del sistema sexual.
Aún se usa, aunque con bastantes cambios, su sistema para nombrar, ordenar y clasificar los organismos vivos.
Sus ideas sobre la clasificación influyeron a generaciones de biólogos mientras él vivió, y hasta mucho después de su muerte. Incluso a aquellos que se opusieron a los fundamentos filosóficos y teológicos de su trabajo.
Sus conferencias suscitaban, cuando menos, carcajadas. "¿Para qué sirve eso?" le preguntaban.
Hasta Jonathan Swift en sus Viajes de Gulliver de 1726, se mofaba de científicos como él.
Pero sabido es que quien rie último, rie dos veces. Y los nombres latinos que Linneo dio a las plantas siguen usándose hoy y es la base del sistema sexual.
Aún se usa, aunque con bastantes cambios, su sistema para nombrar, ordenar y clasificar los organismos vivos.
Sus ideas sobre la clasificación influyeron a generaciones de biólogos mientras él vivió, y hasta mucho después de su muerte. Incluso a aquellos que se opusieron a los fundamentos filosóficos y teológicos de su trabajo.
No hay comentarios :
Publicar un comentario