(Continuación) La palabra "semáforo" es de origen griego. Viene de
sema (señal) y
phorus (llevar), es decir que semáforo es lo que "porta las señales". Y como sabemos lo hace en forma de tres colores.
Colores, que con el tiempo se han transformado en un código internacional de identificación de riesgo, cuyo uso va más allá del de los semáforos. La luz amarilla nos indica precaución. El rojo es señal de peligro. Y el verde, es verde esperanza. De confianza. Sin riesgo.
Con respecto a la elección de los colores, poco que decir. Resulta evidente que en ella primó su fácil visión a largas distancias, incluso en condiciones meteorológicas extremas.
Además son colores bastante diferenciados y diferenciables.
El semáforo. Un signo de los tiempos. Una medida del progreso de un país. Y hablando de país y de tiempo
¿Cuándo llegó el semáforo a España?
El semáforo llegó a España a finales de la década de los años 20, en concreto en 1929. Lo hizo, claro, en las calles más céntricas de las ciudades más principales.
El primer semáforo español se instaló en Madrid, entre las calles Barquillo y Alcalá. Poco más hay que contar de aquello. El resto es historia, y gran parte de ella reciente.
Como la colocación hace unos meses en Jaén, del primer semáforo no sexista ¿lo recuerdan verdad?
Dando prueba una vez más, de que la realidad tiene límites pero no así la estupidez, el ayuntamiento jienense realizó lo que él mismo denominó un stop al machismo.
Una auténtica luz roja a los símbolos discriminatorios, que están presentes hasta en los más pequeños detalles del mobiliario urbano, según ellos mismos dicen. Por ejemplo, los semáforos.
¿Y por qué son sexistas los semáforos? Se preguntará usted, quizás. Pues está claro. Porque el muñeco lleva pantalones ¿O es que, acaso, no se ha dado cuenta?
Se lo digo porque si es así y no había caído en el detalle, mal andamos. Ese despiste es un buen indicador de su grado de machismo. Así que ojo al parche.
El primer semáforo no sexista
Con el machismo hay que acabar. Por eso dicen ellos “dar, a nivel nacional, el primer paso en la lucha por la igualdad y la paridad en la señalización semafórica” ¿Qué cómo se hace eso? Pues vaya usted a saber. Lo primero que habría que ver es si es cierto lo que dicen. Después ya veríamos.
Por ahora a ellos lo único que se les ha ocurrido es quitarle al muñeco los pantalones y ponerle una falda. Que sí. Como lo leen. Ahora ya, para estos beocios, como el muñequito tiene una faldita, pues el semáforo ya no es sexista. Benditos del Señor.
Estarán conmigo que su grado de estulticia no es mayor, por la razón no menor de que les falta inteligencia para ello ¿Acaso alguna mujer se ha sentido marginada en algún momento, por el mero hecho de que el muñequito no lleve puesta una falda?
Porque si es así, habría que preguntarse lo que piensan, al respecto de esta medida, los escoceses. O las mujeres que llevan pantalones
¿Considerarán los primeros que les están llamando mariquitas? ¿Pensarán las segundas que las tienen por marimachos?
Estoy seguro que no. Porque todo es más sencillo. Los machistas son ellos. Soy un convencido de que alguien que ve en unos trazos con piernas y brazos un signo sexista, es un machista. Además de un ignaro y un ilecto.
La igualdad se puede y se tiene que forjar empleando para ello muchas ideas. Pero ninguna pasa por la forma de cubrir las partes bajas del muñeco de un semáforo.
No siempre los nuevos tiempos suponen avance en todo. No.
(Continuará)