El tiempo ha sido siempre una cuestión de profundo interés en muchos campos del conocimiento humano.
También en el científico, en concreto en el de la astronomía, del que hoy voy a escribirles.
Lo fue en el pasado, porque la medida del tiempo se hacía, precisamente, mediante observaciones astronómicas.
Y lo es hoy en día porque, tiempo y Universo, es probable que hayan empezado a la vez. Que tengan un mismo origen.
Si es así, ¿cuál es la fecha de su creación? ¿Qué había antes?
Con posterioridad un astrónomo, J. Kepler y, posteriormente un físico, I. Newton la fijaron más cercana. Según ellos, hacia el 4000 a.C. Otro acercamiento al asunto éste de la fecha creadora.
Sin embargo, quien en realidad se enfrentó al que es sin duda alguna, el enigma más grande de la cosmología, fue un teólogo irlandés del siglo XVII, llamado James Ussher. Él sí que cogió al toro por los cuernos. Les cuento.
Autoridad reconocida en la cronología bíblica, el obispo irlandés Ussher, partió de estas estimaciones y en 1658 concluyó que Dios empezó a formar los cielos y la Tierra, agárrense, a las 2,30 de la tarde del domingo 23 de octubre del año 4004 aC.
Así, como lo lee. Con un par ¿Hay quien de más? Que yo sepa, hasta la fecha, no. Punto y aparte.
La segunda de las preguntas, ¿qué había antes de la creación?, es de esas cuestiones cuya respuesta suele venir acompañada de una retahíla de leyendas.
Les voy a contar una que, con toda probabilidad, es una historia apócrifa más. Una de esas que adjudican a determinadas personas, hechos que nunca le ocurrieron y frases que jamás pronunciaron.
Parece ser que cuando el obispo Ussher hizo semejante afirmación ante sus correligionarios, un alma bendita, quizás un escéptico, le preguntó:
- “Y diga vuestra merced, santo padre, ¿qué hacía Dios con su tiempo antes de crear el cielo y la tierra?”.
Dicen que Ussher, sin dudarlo un instante, le rugió:
- “¡Creaba el infierno para los que hacen preguntas como ésa!”. Se ve que no le debió gustar nada.
Lo cierto es que el bueno del obispo de Hipona, varios siglos antes, ya se había manifestado al respecto. Para él, el tiempo era una propiedad del universo y no podía existir, por tanto, antes de ser creado éste. Ahí hiló fino. Por eso digo, ¡quién sabe!
Lo que también es cierto es que, es mucho el tiempo que ha transcurrido desde entonces, y la pregunta de marra sigue generando respuestas embarazosas. De modo que el reto sigue en pie.
También en el científico, en concreto en el de la astronomía, del que hoy voy a escribirles.
Lo fue en el pasado, porque la medida del tiempo se hacía, precisamente, mediante observaciones astronómicas.
Y lo es hoy en día porque, tiempo y Universo, es probable que hayan empezado a la vez. Que tengan un mismo origen.
Si es así, ¿cuál es la fecha de su creación? ¿Qué había antes?
¿Cuál es la fecha de la creación del Universo?
Para la primera de las preguntas, ya en el siglo IV, San Agustín estimaba que podía haber ocurrido en el año 5500 aC. No está mal la respuesta del santo.Con posterioridad un astrónomo, J. Kepler y, posteriormente un físico, I. Newton la fijaron más cercana. Según ellos, hacia el 4000 a.C. Otro acercamiento al asunto éste de la fecha creadora.
Sin embargo, quien en realidad se enfrentó al que es sin duda alguna, el enigma más grande de la cosmología, fue un teólogo irlandés del siglo XVII, llamado James Ussher. Él sí que cogió al toro por los cuernos. Les cuento.
Autoridad reconocida en la cronología bíblica, el obispo irlandés Ussher, partió de estas estimaciones y en 1658 concluyó que Dios empezó a formar los cielos y la Tierra, agárrense, a las 2,30 de la tarde del domingo 23 de octubre del año 4004 aC.
Así, como lo lee. Con un par ¿Hay quien de más? Que yo sepa, hasta la fecha, no. Punto y aparte.
La segunda de las preguntas, ¿qué había antes de la creación?, es de esas cuestiones cuya respuesta suele venir acompañada de una retahíla de leyendas.
Les voy a contar una que, con toda probabilidad, es una historia apócrifa más. Una de esas que adjudican a determinadas personas, hechos que nunca le ocurrieron y frases que jamás pronunciaron.
Parece ser que cuando el obispo Ussher hizo semejante afirmación ante sus correligionarios, un alma bendita, quizás un escéptico, le preguntó:
- “Y diga vuestra merced, santo padre, ¿qué hacía Dios con su tiempo antes de crear el cielo y la tierra?”.
Dicen que Ussher, sin dudarlo un instante, le rugió:
- “¡Creaba el infierno para los que hacen preguntas como ésa!”. Se ve que no le debió gustar nada.
Y San Agustín, ¿cómo no?
En honor a la verdad he de decirles que hay textos que atribuyen esta historia a San Agustín. Quién sabe.Lo cierto es que el bueno del obispo de Hipona, varios siglos antes, ya se había manifestado al respecto. Para él, el tiempo era una propiedad del universo y no podía existir, por tanto, antes de ser creado éste. Ahí hiló fino. Por eso digo, ¡quién sabe!
Lo que también es cierto es que, es mucho el tiempo que ha transcurrido desde entonces, y la pregunta de marra sigue generando respuestas embarazosas. De modo que el reto sigue en pie.
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