sábado, 6 de diciembre de 2008

Intoxicados con mercurio

El pasado 20 de noviembre, lo leíamos en las noticias. Fallecía un niño salvadoreño de 12 años intoxicado por mercurio.

Sus tres hermanos menores, dos gemelos de 9 y una niña de 7 años, permanecían hospitalizados aunque, gracias a Dios, evolucionaban favorablemente.

Al parecer las criaturitas solían jugar a menudo con una importante cantidad de mercurio, que habían recogido de bastantes termómetros clínicos y que guardaban en un frasco.

La correspondiente investigación de la Consejería de Sanidad está aún abierta, por lo que nada más que añadir en este sentido. Salvo lamentar la terrible desgracia.

De los peligros que derivan de la toxicidad del mercurio tanto para la salud humana como para la ambiental, el hombre tiene constancia desde hace tiempo.

De hecho en julio de 2007, la UE fijaba para finales de este 2008 que se nos va, la prohibición de fabricar termómetros de mercurio para usos clínicos y domésticos.

Es el adiós al viejo termómetro de mercurio de toda la vida. Pero sus nocivos efectos así lo exigen.

Hemos de saber que el mercurio afecta el sistema nervioso y puede dañar nuestra capacidad para oír, hablar, ver, caminar, sentir y pensar.

Y que son los niños de corta edad los más sensibles a estos efectos, dado que su sistema nervioso central está todavía en desarrollo.

Es importante destacar que tocar o tragar mercurio en estado líquido no causa especial daño al organismo.

Basta con lavar la zona del cuerpo que ha entrado en contacto con él.

O esperar a que el cuerpo lo elimine de manera natural. Aunque nunca está de más una visita al médico.

El auténtico riesgo está en su inhalación, al respirarlo. Los vapores de mercurio pasan con facilidad de los pulmones al torrente sanguíneo y de ahí al resto del organismo donde queda acumulado en tejidos y órganos como riñones, hígado y cerebro. Ahí está el peligro.

Desde el punto de vista químico el mercurio, Hg (l), es un metal blando, líquido a temperatura ambiente, más denso que el plomo y de fácil evaporación.

Su toxicidad se debe, precisamente, a esta facilidad para evaporarse y a su capacidad para, en contacto con el aire, convertirse en un derivado de metilmercurio, [CH3Hg]+, un compuesto organometálico que actúa como un poderoso neurotóxico. Precaución, por tanto, con él.

Entonces, ¿qué hemos de hacer si se nos rompe un termómetro y se derrama el mercurio?

De entrada no utilizar la aspiradora, porque lo dispersaría por el aire.

Tome un pequeño cartón y recoja las gotitas en un papel. Échelas en un frasco con tapón, ciérrelo y llévelo al Punto Verde más cercano. Nada más.

Si lo hace así, no corre ningún riesgo.


2 comentarios :

Anónimo dijo...

Hola, soy chari hace una hora mi hija de 6a.rompió un termo metro en mi cama mi bebé de 10m.estaba con ella, le mandé a su habitación muy molesta, estoy segura que llevó enla ropa y el bebé en la suya a la cuna Y me quedé a recoger con un frasco que se me caía lo recogí hasta con la mano, sacudi la colcha en la que se rompió, barri toda la habitación y no se que hacer estoy muy asustada que debo hacer...

Alex dijo...

Hola. Alguien sabe cuál es el procedimiento o acción a realizar cuando se rompe un termómetro dentro de una alberca o piscina?