miércoles, 31 de enero de 2024

DCPS. Calle Miguel Servet (1)

Comprendida entre la avenida de los Teatinos y la calle Juan de la Cosa, esta vía del distrito sur sevillano está ubicada en el barrio del Tiro de Línea (41013), tiene una longitud de 78 m y ya de la que va le diré que el nombre le viene a la zona por haber sido utilizada con anterioridad por los militares para realizar ejercicios de tiro con cañones.

A ella confluye nada menos que la de Narciso Monturiol, lo digo porque durante unas semanas ha venido a estos predios un tal Isaac Peral, de modo que aquí hay un nuevo vínculo en el nomenclátor sevillano con el arte español de navegar por debajo del agua.

Pues bien, dicho esto, la calle “tirolinense” de hoy va por otras singladuras ya que fue rotulada así en 1936 en recuerdo del teólogo y médico maño Miguel Servet (1511-1553), mártir, hereje y hombre obstinado, temerario y libre pensador donde los haya. Vea si no.

Con tan sólo 15 años Miguel se desplaza desde su Villanueva de Sigena natal en la provincia de Huesca, perteneciente a la comarca de Los Monegros en la provincia de Aragón, hasta la Universidad de Toulouse, Francia, a fin de estudiar leyes para después, como parte del séquito imperial español, viajar con Carlos V por Italia y Alemania y presenciar en Bolonia su coronación como emperador en 1530, realizada por el Papa Clemente VII.

Hasta aquí bien, como español y católico que era, lo que no lo está tanto es que para entonces ya hubiera establecido contactos con los reformistas protestantes, durante su estancia estudiantil en Toulouse, y después no dejara de hacerlo durante el periplo imperial centroeuropeo. Vamos que jugaba a dos bandas y eso no estaba bien, no.

Primeras obras teológicas: De Trinitatis Erroribus 1531

Es por estas fechas cuando, indignado por la corrupción y el despilfarro que descubre en el papado, ataca al catolicismo y en principio abraza la Reforma protestante que desde 1517 encabezaba un tal Martín Lutero (1483-1546).

Y así, al año siguiente de la coronación, publica su primer libro, De Trinitatis Erroribus 1531 (“De los errores acerca de la Trinidad”) donde refuta el dogma de la Trinidad y, ni que decir tiene, se pone en contra a los católicos pues envía una copia al mismo obispo de Zaragoza.

Su tesis entonces era la misma de casi todos nosotros en la actualidad: un Dios como uno y trino, o eso de tres personas distintas y un solo Dios verdadero, es algo muy difícil de entender y creer; a lo que él, para más inri, añadía que era falso de toda falsedad y que no tenía ningún tipo de fundamento en las Escrituras, vamos que era mera propensión al bizantinismo. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 11 de septiembre de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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