viernes, 11 de junio de 2021

De la estupidez, el universo y lo infinito (1)

Hace unos días me llegaba el comentario de más arriba, en relación con la entrada (Algo) de lo que Einstein nunca dijo’ de la semana pasada, y lo cierto es que está bastante bien traida pues, no en vano, es una de las supuestas citas einstenianas más conocidas, reproducidas y difundidas.

Una sobre la que el remitente muestra, no falto de razón, un asomo de preocupación sobre su autoría ¿Es suya o no? y, en cualquier caso, ¿la llegó a pronunciar alguna vez? Pues bien, mucho me temo que no tengo buenas noticias.

Hasta donde he podido averiguar no he encontrado ninguna constancia documentada de que la llegara a pronunciar alguna vez, ni siquiera de que la conociera y, mucho menos, de que fuera suya. Y para realizar tan taxativa afirmación me he revisado, de cabo a rabo, la que pasa por ser la recopilación más completa de citas del germano-estadounidense Albert Einstein (1879-1955) jamás publicada.

‘Albert Einstein. El libro definitivo de citas’

Me refiero a la reciente obra ‘Albert Einstein. El libro definitivo de citas’, de Alice Calaprice (1941) reconocida especialista en el hombre y en el científico. Y resulta que la de marras no aparece en ella, de modo que yo sé a qué atenerme pues sigo una regla.

Si la cita de cualquier “suelta frases eisnteniano”, está en esta cuidada selección y documentación, entonces puedo asegurar que él la dijo o la escribió. Si por el contrario no es así, como parece ser el caso, existe una más que razonable duda de que no lo hizo nunca.

Una circunstancia nada infrecuente por otro lado ya que, no solo estamos ante uno de los científicos más citados de todos los tiempos, sino que, muchas de sus supuestas frases, en realidad, poco o nada tienen que ver con lo que él dijo ¡Cuidado cuando cite!

Sin embargo

Sin embargo, siempre hay un pero en la cesta de manzanas que es la vida, hete aquí que la frase -fuese quien fuese su autor, la pronunciara quien la pronunciara y en cualquier de las formas que nos ha llegado (‘Sólo dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana, y del universo no estoy seguro’)- no ha surgido de la nada.

Un rastreo bibliográfico apunta a que -dejando a un lado si es cierto, cuestionable, o muy cuestionable lo que afirma, esa es otra historia de la que no toca hablar ahora- han existido diferentes versiones de la misma a lo largo del tiempo, pertenecientes o pronunciadas por otras personas.

Así que, sin ánimo de ser exhaustivo, propósito alguno de agotar el tema y ninguna intención de ser excluyente, le expongo una manita de ellas en modo prontuario más o menos cronológico. (Continuará)


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