[Esta entrada apareció publicada el 28 de mayo de 2021, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Junto con la ventilación, el lavado de manos, la distancia física interpersonal y una buena pedagogía comunicativa, dejo las vacunas aparte, las mascarillas completan la manita de medidas que en realidad nos protege del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la terrible pandemia COVID-19. De ahí que sea oportuno atender ciertas cuestiones que atañen tanto a su correcta escritura, como a su adecuada colocación facial y al lugar donde llevarla puesta.
En lo que respecta al apartado ortográfico, de los
diferentes términos que se emplean para referirse a este dispositivo:
mascarillas, cubrebocas, nasobucos, barbijos o tapabocas, dependerá del país,
le indico que su escritura correcta es con minúsculas, al igual que la
de las palabras utilizadas para especificar el tipo al que pertenecen, pues no
son nombres propios.
Por el contrario, aquellos términos formados por una sigla se escribirán con mayúsculas y, si viene acompañada de un número, éste se escribirá unido. Luego deberemos escribir: mascarillas higiénicas y quirúrgicas; cubrebocas textiles y filtrantes; nasobucos FFP1 y FFP2 (del inglés ‘filtering face piece’, filtro facial); barbijos N95 y tapabocas KN95. Por último, destacar que en ambos casos es innecesario el uso de la letra cursiva o las comillas.
De su apropiada colocación, nada nuevo que usted no
sepa, salvo insistir en que nunca debe estar por debajo de la barbilla, sin
tapar la nariz y, por supuesto, sin el apropiado ajuste a la cara para evitar
‘fugas’ del aire al exhalar. No en vano los últimos estudios publicados
determinan que el principal mecanismo de transmisión es la respiración.
Cuando respiramos, al hablar, al gritar, al toser o al estornudar, expulsamos miles de gotitas de diferentes tamaños que transportan el virus infeccioso. Luego es evidente que la mejor manera de evitar la infección y protegernos frente a él, es utilizando correctamente una mascarilla, siempre que estemos en contacto con otras personas.
Lo que nos lleva a una tercera cuestión, ¿en qué
lugares debemos llevarla puesta? Como máxima, me decanto porque sea obligatorio
en cualquier lugar, incluso al aire libre, siempre y cuando no se pueda
mantener la distancia física de seguridad entre personas.
Pero si es así, y se puede mantener, en base a la
evidencia científica de la que disponemos sobre los mecanismos de transmisión
del virus, no tiene ningún sentido ponérsela al aire libre. Sabemos a
ciencia cierta que los contagios en exteriores son muy infrecuentes ya que, al
ser exhalados, los potenciales virus se dispersan en el aire con mucha
facilidad.
Por lo que no es de recibo llevarla puesta cuando caminamos solo por el campo, un parque, una zona de ciudad con la amplitud y soledad conveniente, o cuando estamos tumbado en la playa. Le dejo con el gurú, ‘El medio es el mensaje’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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