miércoles, 8 de marzo de 2017

A propósito de ‘Lucy’, la homínida (1)

No es la primera vez que llega a esta tribuna bloguera Lucy. La última fue con motivo del doodle con el que el metabuscador la homenajeó en la primavera del pasado año.

Y con anterioridad lo fueron. Uno. La película homónima del verano de 2014, que trae cola enrocada desde entonces, y lo que te rondaré moreno. Dos. Un anecdotario de quien está considerada madre ancestral de la humanidad nuestra.

Tres. Su vínculo musical con los Beatles y su Lucy in the sky with diamonds. Y cuatro. Un nutrido número de nexos con otros campos del conocimiento humano que usted hallará por su cuenta.

Bueno, pues con esta entrada vuelvo con la homínida.

Lucy, la homínida
Con ese conjunto de fragmentos óseos fosilizados que se encontraron en África y que como bien saben no son unos restos cualesquiera. No en vano conforman el esqueleto de un homínido hembra, que muchos consideran la ancestral madre de la Humanidad.

El que fue descubierto el 24 de noviembre de 1974, por el paleoantropólogo estadounidense Donald Johanson (1943) y el joven doctorando Tom Gray, en la depresión de Afar cerca de Adís Abeba, Etiopía. Una región que muchos consideran la cuna de la humanidad, por su abundancia en restos fósiles.

Hablamos de Lucy aunque al principio sólo era AL 288-1, que es el nombre científico que se le puso al conjunto de fragmentos óseos pertenecientes al esqueleto de un homínido, de la especie actualmente conocida (1977) como Australopithecus afarensis, y a los que se le estima una antigüedad de entre tres coma dos y tres coma cinco millones (3,2-3,5·106) de años.

Unos restos fósiles sorprendentemente completos, corresponden al cuarenta por ciento (40 %) del esqueleto, y con un gran número de huesos conservados, cincuenta y dos (52) piezas. De hecho en su momento, fue uno de los esqueletos más enteros que se habían encontrado y está considerado como el primer miembro reconociblemente humano, del árbol genealógico de los primates.

Una hembra bípeda
Una hembra bípeda, mezcla entre chimpancé y humano, con las piernas de humano pero el torso y la cabeza de chimpancé. Una veinteañera (tenía las muelas del juicio recién salidas), que al parecer ya había tenido hijos (no se sabe cuántos), pequeña de estatura, unos uno coma diez metros (1,10 m) de altura y de, aproximadamente, veintisiete kilogramos (27 kg) de masa.
Lucy es por ahora, el mejor conjunto de restos de un único ejemplar de homínido temprano que se conoce. Gracias al alto número de huesos hallados y al tamaño craneal –grande en términos relativos, pero demasiado pequeño para ser ya de humano-, su descubrimiento fue transcendental.

Muchos de los pasos que en la actualidad ya entendemos y comprendemos de nuestro proceso evolutivo, se lo debemos a ella, a Lucy. El fósil más famoso del mundo y uno de los restos que más nos han ayudado a entender nuestro árbol genealógico.

Hallazgo y razón del nombre
Del hallazgo del fósil y del nombre que le pusieron, nos dejaremos llevar de las propias palabras del científico, Donald Johanson, recogidas en el documento `Becoming Humans´ producido por el Instituto de Orígenes Humanos. (Continuará)



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