Y de la butaca Bosón, a una silla que conjuga clasicismo con modernidad. Dos características para algunos excluyentes, pero que no tiene por qué ser así. Y de muestra el botón que les traigo.
De la primera nos da buena prueba, algo que salta a la vista, su forma, clásica donde las haya. De la segunda, algo que no lo es tanto, su fondo, pero de la que yo les informo.
La base de la silla es de metal que como saben, y desde el punto de vista químico, es una clase de sustancia simple que, en condiciones ambientales, se suele presentar en estado sólido.
La modernidad la aportan las pelotas de lana reciclada de vivos colores y variados tamaños con la que está forrada. Es como tener ante nuestros ojos el micromundo y el mundo macroscópico. Otra fruslería más.
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