Si han seguido estos días atrás Enroque de Ciencia ya se imaginan de lo que va o, mejor dicho, de donde viene lo que tiene ante sus ojos.
Naturalmente de la “nuez de Adán”, “bocado de Adán” o “manzana de Adán” en una clara alusión tanto, a la manzana que mordió nuestro primer padre en el jardín del Edén, como a la circunstancia de que, al parecer, se le quedara atravesado un trozo de la fruta en la garganta.
De ahí el nombre popular de la protuberancia o prominencia laríngea, que así se le conoce de forma científica. Pero claro, ¿cómo sabemos que fue esa fruta y no otra?
Al fin y al cabo la única fuente de información es la Biblia, que sólo nos dice que era el fruto del conocimiento del bien y del mal. El único que Dios le prohibió que comieran pero que ellos, desobedeciéndole, probaron.
Lo que motivó que los expulsara del Paraíso y, con ellos, a toda a la Humanidad. Pues bien, hasta aquí se puede leer. En ninguna parte del Génesis se especifica, qué árbol era aquel del bien y del mal.
Vamos que lo mismo pudo ser una manzana que una pera, un albaricoque, un higo o la fruta que usted tenga a bien.
Al fin y al cabo la única fuente de información es la Biblia, que sólo nos dice que era el fruto del conocimiento del bien y del mal. El único que Dios le prohibió que comieran pero que ellos, desobedeciéndole, probaron.
Lo que motivó que los expulsara del Paraíso y, con ellos, a toda a la Humanidad. Pues bien, hasta aquí se puede leer. En ninguna parte del Génesis se especifica, qué árbol era aquel del bien y del mal.
Vamos que lo mismo pudo ser una manzana que una pera, un albaricoque, un higo o la fruta que usted tenga a bien.
Digo este último del higo, por aquello de las hojas de higueras encubridoras de sus nuevas, desconocidas, y desnudas vergüenzas, hasta ese momento.
Y más adelante añade: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos, y que el árbol era codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó su fruto y comió; y dio a su marido, que también con ella comió” (Génesis 3:6).
Mucho comer pero del fruto no dice ni pío, si bien, en el versículo siguiente parece darnos una pista sobre cuál podría ser. Tiene lugar cuando Adán y Eva tomaron consciencia de que estaban desnudos y, avergonzados, “cosieron unas hojas de higuera” para taparse.
Ergo, ¿podría ser el higo el dulce fruto prohibido? Si estaba cerca la rama, también lo estaría el fruto. Digo yo.
Porque la palabra manzana, la fruta, la verdad es que en la Biblia no se nombra ni una sola vez. Otro asunto es el árbol. Hasta donde he podido averiguar, el vocablo manzano aparece citado en Joel 1:12 y en los Cantares 2:3 y 8:5.
Ya me contarán si hay algunas otras más. Entonces...
Por ejemplo, para los judíos se trata de un higo, una nuez o una algarroba. Los ortodoxos, sin embargo, creen que es una naranja.
No obstante, los protestantes inculpan a la miel, y los musulmanes sostienen que se trató de un vaso de vino que Eva le ofreció a Adán.
Como ven hay dónde elegir, aunque todas mantienen una constante. Siempre ella, Eva, es la instigada instigadora. (Continuará)
¿Qué dice la Biblia al respecto?
Ajustándonos al texto sagrado, en el mismo, podemos leer: “Dios dijo al hombre: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás...” (Génesis 2:16-17).Y más adelante añade: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos, y que el árbol era codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó su fruto y comió; y dio a su marido, que también con ella comió” (Génesis 3:6).
Mucho comer pero del fruto no dice ni pío, si bien, en el versículo siguiente parece darnos una pista sobre cuál podría ser. Tiene lugar cuando Adán y Eva tomaron consciencia de que estaban desnudos y, avergonzados, “cosieron unas hojas de higuera” para taparse.
Ergo, ¿podría ser el higo el dulce fruto prohibido? Si estaba cerca la rama, también lo estaría el fruto. Digo yo.
Porque la palabra manzana, la fruta, la verdad es que en la Biblia no se nombra ni una sola vez. Otro asunto es el árbol. Hasta donde he podido averiguar, el vocablo manzano aparece citado en Joel 1:12 y en los Cantares 2:3 y 8:5.
Ya me contarán si hay algunas otras más. Entonces...
¿Dónde surge la figura de la manzana?
Doy por hecho que no ignoran, que la manzana del pecado original tiene el significado que tiene, pero en el mundo de los creyentes cristianos. En otras religiones, el objeto motivo de la credulidad, cambia. Por ejemplo, para los judíos se trata de un higo, una nuez o una algarroba. Los ortodoxos, sin embargo, creen que es una naranja.
No obstante, los protestantes inculpan a la miel, y los musulmanes sostienen que se trató de un vaso de vino que Eva le ofreció a Adán.
Como ven hay dónde elegir, aunque todas mantienen una constante. Siempre ella, Eva, es la instigada instigadora. (Continuará)
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