Ya hemos citado a este centro universitario sevillano público, uno de los más antiguos (1505) que existen en España, y que en la actualidad se encuentra ubicado en la Avenida Doctor Fedriani, en el barrio de la Macarena.
La razón de volver a este enroque no es otra que el estudio realizado, en la primera década de este siglo XXI por un equipo de investigación de esta facultad, sobre las propiedades salutíferas del vino de Jerez.
Y de las que, por lo que se deduce de él, la ciencia ha demostrado su bondad.
Una investigación que no es única, ya que son varios los estudios médicos que asocian el consumo moderado del vino de Jerez, con una vida prolongada y saludable.
El estudio sevillano, publicado en la prestigiosa revista 'Journal of the Science of Food and Agriculture', viene a decir que la ingesta moderada de Vinos de Jerez reduce, de forma muy significativa, entre un 24 y un 30%, los niveles de colesterol total en la sangre.
Una disminución fruto, por un lado, de un descenso del conocido como colesterol malo o de baja densidad (LDL) y, por otro, de un aumento del colesterol bueno o de alta densidad (HDL).
O sea una reducción realizada de la más favorable de las formas.
El estudio se realizó con diferentes vinos de la zona, pero procedentes todos de la misma uva, la denominada Palomino.
De ahí que los investigadores infieran que los efectos fisiológicos saludables, probablemente se deban a ciertos componentes presentes en esta variedad de uva y a los nutrientes de la tierra del Marco de Jerez.
Dicen que “Somos lo que comemos”. Y bebemos podemos añadir ahora.
Y hablando de que somos lo que ingerimos, me gustaría hablarles del candié.
El candié gaditano
Por situarles, el término candié alude a un remedio casero, utilizado a principios del siglo pasado contra diversos achaques humanos y, geográficamente localizado, sobre todo, en la provincia de Cádiz. Consistía en un brebaje preparado batiendo una o dos yemas de huevo, azúcar y un chorrito de vino oloroso, moscatel o dulce de Jerez.
Un reconstituyente de andar por casa que, al decir de la tradición popular, era efectivo contra la anemia, la gripe y el resfriado. En particular me es familiar, porque mis abuelos paternos eran gaditanos de la zona.
Y es que el término candié es un 'gaditanismo'. Otro más, que tiene mucho que ver con el mundo bodeguero y la influencia inglesa en esta zona, durante los siglos XVIII y XIX.
Se trata de una castellanización, mejor dicho, un andalucismo de la expresión inglesa candy egg, es decir “huevo dulce”. Bueno más bien es una deformación fonética de la expresión.
Un reconstituyente que, incluso, se daba a los niños
Estamos hablando de la primera mitad del siglo pasado, pero sí. Se les daba también a los niños, aunque el vino incorporado iba aligerado con leche o agua. Comprendan.Eran otros tiempos, y otra la forma de entender la protección y el cuidado de la infancia. Hoy, claro está, ya no puede ser así.
Pero el caso es que el reconstituyente era toda una ‘bomba energética’. Basta pensar que es, la yema del huevo, la que contiene casi todos los nutrientes necesarios para que el futuro polluelo salga adelante. (Continuará)
1 comentario :
Debería hacer un guión de todas las entradas relacionadas con Fleming de todas la entrdas relacionadas con el nobel.
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