Cuentan que le espetó algo así como: “Querida, vivimos en una época muy convulsa”.
Eso es, ni más ni menos, y al parecer, lo que Adán le decía a Eva, al salir expulsados los dos del paraíso. Una historia que es vieja, casi tanto como el hombre, aunque la cita no lo es tanto, sólo data de principios del pasado siglo XX.
Se le atribuye a William Ralph Inge (1860-1954), un conocido defensor de los derechos de los animales y un reconocido teólogo británico.
Un buen aval humano e intelectual, aunque por razones obvias de coincidencia espacio-temporal, dudo muy mucho que el buen hombre estuviera allí para oírlas.
Pero lo cierto es que bien pudieran ser éstas las palabras, con las que nuestro supuesto primer padre advirtiera a nuestra primera supuesta madre, a propósito de lo que se nos venía encima como animales racionales.
Unos tiempos de tribulación intelectual en los que, como seres pensantes, no tardamos en hacernos ciertas preguntas, digamos, incómodas. Incómodas, al menos para algunos.
Preguntas de las del tipo de, si es cierto que "fuimos creados de forma expresa por Dios, en un acto creador".
O si "nuestro mundo cuenta con, tan sólo, poco más de cuatro mil años de edad". O aquella otra, nada trivial, de "si tenían ombligo Eva y Adán".
Creacionismo y Evolucionismo
Son las de más arriba, cuestiones de calado con rango de categoría, bajo cuyas respuestas subyace un interesante dilema que, aún en los albores del siglo XXI, perdura. El dilema que surge de enfrentar dos hechos, creación y evolución, y los dos pensamientos que las sustentan, Creacionismo y Evolucionismo.
De un lado tenemos una doctrina bíblica según la cual, la Tierra fue creada hace unos pocos miles de años a través de un acto divino. Se trata de una credulidad que por cierto, se ha demostrado errada.
Luego, el creacionismo, además de equivocado, no es ciencia.
Del otro está la Teoría de la Evolución. Un cuerpo de conocimientos basado en el mecanismo de la selección natural, que está sólidamente fundamentado desde el punto de vista científico.
Es decir, el evolucionismo sí es ciencia y además cierta.
De modo que una y otra, doctrina y teoría científica, no están en el mismo plano de racionalidad. Por lo que no se pueden, ni deben comparar. No es justo ni para una ni para otra.
Además, como argumentos, la prueba de algo y la fe en algo, son planteamientos excluyentes. O lo puedo demostrar o me lo tengo que creer.
O lo uno o lo otro. (Continuará)
2 comentarios :
Le saca punta a todo. es usted muy irónico.
Le saca punta a todo. es usted muy irónico.
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