Este octubre pasado, el jurado encargado de otorgar el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2013 acordó por unanimidad concederlo, de forma conjunta, a Peter Higgs (1929), François Englert (1932) y al CERN.
De modo que científicos e institución de la mano. Lo que está bien.
Lo hizo porque “el descubrimiento del bosón de Higgs constituye un ejemplo emblemático de cómo Europa ha liderado un esfuerzo colectivo para resolver uno de los enigmas más profundos de la Física”.
Éste, perdonen la obviedad, es el de la proximidad y el orgullo. Vamos ahora con el de la relevancia y el prestigio.
La Real Academia de Ciencias de Suecia ha hecho recaer el Premio Nobel de Física 2013, de forma compartida, en el científico británico Peter Higgs y el belga François Englert, los descubridores de la “partícula divina”.
Reciben este galardón por “su descubrimiento teórico de un mecanismo que contribuye a nuestro entendimiento del origen de las partículas subatómica con masa”.
Así que doble premio para los dos, en este Año del Señor de 2013.
A propósito del bosón
El del “Higgs”, como coloquialmente es conocido entre los científicos, es sin lugar a dudas uno de los hallazgos científicos más importantes de los últimos tiempos. Lo es porque, gracias a la existencia de esta partícula, podemos explicar y entender por qué el resto de ellas tienen cantidad de materia o masa. Una propiedad general de la materia, que ahora podemos justificar basándonos en la teoría del Modelo Estándar de Partículas.
Es, todo lo hace pensar así, un paso previo para conocer cómo se formó el Universo, de modo que son palabras mayores en esta cacería del conocimiento humano.
Es decir, que el bosón es una pieza de caza mayor en el coto de las partículas elementales.
Una captura que exige la generación de ingentes cantidades de energía en un acelerador de partículas y esperar que ésta se convierta en materia, siguiendo la conocida y reconocida, aunque no siempre bien comprendida, ecuación de Einstein, E = m·c2.
Porque no sé si están al tanto, pero lo mismo que podemos convertir la materia en energía, también se puede crear materia a partir de la energía. Eso es lo que nos indica la fórmula de marra y su signo de igualdad. Una dirección que se puede recorrer en los dos sentidos.
Perdonen, pero si me siguen estarán al tanto. Ya saben que tiendo a la dispersión. Hemos enrocado, y algo más en profundidad, algunos de los temas aquí apuntados. Por lo que me recojo.
De lo que les quería hablar hoy es de, ¿para qué sirve la susodicha partícula?
Estarán conmigo que es una pregunta de lo más razonable, máxime si tenemos en cuenta los grandes números que acompañan a esta investigación, en pos de los fundamentos del mundo científico moderno.
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