Algunos de los tatuajes enrocados pertenecen a este libro de título ‘La tinta de la ciencia’. Una idea del divulgador Carl Zimmer (1966) que convocó a sus lectores a enviarle ‘arte corporal’ científico y cuyo resultado es el libro que les traigo.
Ya sé que hace unos años no se llevaban, los gustos tatuajeros iban por otros derroteros, pero hoy en día no sólo se tatúan los científicos, el asunto va más allá.
El motivo que plasman en su piel son imágenes relacionadas con sus propias disciplinas. Bueno, también aparecen artistas, músicos, algún que otro fan de la serie Big Bang, etcétera.
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