jueves, 11 de julio de 2013

A. EINSTEIN: UNA BIOGRAFÍA. Senectud (III)


De un Einstein pacifista...
El 10 de diciembre de 1932 Elsa y Albert parten de Berlín hacia Holanda, donde embarcarían hacia los EEUU. Era su cuarto viaje y, aunque la idea inicial era repartir el año entre Europa y América, Einstein presintió que esta cuarta estancia sería definitiva.

Dicen que al salir de su casa de Caputh, le dijo a su mujer: “Date la vuelta. Ya no la volverás a ver”. Intuida o no, la afirmación resultó acertada.

No volvieron a poner un pie en Alemania.

Pero antes de abandonar el continente, Einstein, visitó de nuevo Bélgica y tuvo un encuentro con sus reyes, en Laeken. En una carta al rey, le dice: “fue placentero para mí, explicarle a usted algunos de los misterios frente a los que, los físicos, solemos permanecer callados”.

Mientras paseaban por Berlín, le fue tomada esta foto el 1 de diciembre. Pocos días antes de que abandonara la capital alemana para siempre.


E = m·c2
A su llegada a los EEUU., y durante las siete semanas que permanecieron en Pasadena, Einstein hace caso a las advertencias de R. Millikan (1868-1953), sobre sus manifestaciones públicas acerca del pacifismo.

Y hacía bien porque había que tener cuidado. Para más de un general, hablar de pacifismo era poco menos que “enseñar la traición a la juventud estadounidense”. Caución.

De hecho, el 23 de enero de 1933, da un discurso radiofónico sobre los acuerdos germano-americanos. Fue bien considerado por la prensa, aunque “no arrojaba un solo rayo de luz sobre una situación oscura”. Se ve que mucho era poco para la prensa.

En otro orden de asuntos, se produce la primera verificación, por parte de E. Rutherford (1871-1937), de su famosa fórmula E = m·c2. Muy poco después, en 1933, se realiza otra más concluyente.

También visita Mount Wilson, donde da charlas sobre los enigmas del universo, con E. Hubble (1889-1953) y R. Tolman (1881-1948).

Comienza la pesadilla
El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler se convierte en canciller del Reich alemán. Vuelven los perros. Inmediatamente Einstein suspende su conferencia de primavera en la Academia Prusiana y renuncia a su condición de académico.

En febrero escribe a una amiga: “no me atrevo a volver a Alemania, a causa de Hitler”.

Pero debe volver a Europa, de ahí que, en una entrevista que concede al New York World Telegram, no dude en hacer pública su decisión de no vivir en un país donde no existe la libertad, la tolerancia, etcétera.

Tras la entrevista, que tuvo lugar en su despacho, se fue a dar una clase y, cuenta la periodista que, fue justo cuando se produjo el terrible terremoto de Los Ángeles.

En su artículo ironizó: “... cuando el Dr. Einstein caminaba por el campus, dejaba la tierra temblando bajo sus pies”. Quién sabe si podría haber sido así.

Antes de su partida para Europa promocionó el libro Why War?, un compendio de sus escritos pacifistas. El embajador alemán le alertó sobre el peligro de volver a Alemania. Y él parece que tomó buena nota. Aunque tenía sus dudas.

De hecho al día siguiente partió hacia Bélgica, y llevaba la idea original de volver a Berlín.

Sin embargo, las preocupantes noticias que llegaban desde allí no lo aconsejaban. La policía alemana había registrado su casa, buscando armas para inculparlo de comunista; habían cambiado el nombre de su calle en Ulm; etcétera.

De modo que se refugiaron en la costa belga, protegidos por la policía. Es la base desde donde viaja a Inglaterra y Suiza. En este país ve por última vez, a su desgraciado hijo Eduard enfermo de esquizofrenia.

Es el final de su etapa pacifista.

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1 comentario :

Anónimo dijo...

Sin duda, un hombre que dio grandes aportes a la humanidad
me gusta esta pagina, también está que es sobre Noticias de ciencia que es muy interesante.