A las clases de este último nunca acudió y, años más tarde, cuando el propio H Minkowski (1864-1909) desarrolló el formalismo matemático de la Teoría de la Relatividad Especial (1912), declaró que nunca hubiera sospechado que su exalumno A. Einstein, fuera capaz de elaborar semejante teoría.
En sus propias palabras: “Constituyó para mí una sorpresa enorme; era un perfecto holgazán al que no le interesaban nada las matemáticas”.
Es muy probable que Minkowski haya sido el matemático que ejerció una influencia más duradera en Einstein. Así, al menos, se lo reconoció y agradeció en 1916.
Compañero y amigo
Unos apuntes extraordinariamente cuidadosos y bien elaborados, que fueron determinantes para que Einstein aprobara sin acudir a una sola clase. Grossmann fue, quizás, la primera persona en reconocer el talento genial de Einstein.
Él mismo dejó escrito que un día, al poco tiempo de haberle conocido, les dijo a sus padres: “Ese Einstein será algún día algo muy grande”.
Durante toda su vida, Grossmann, fue un magnífico compañero y amigo con el que compartió, además de los apuntes, su amor por la música y la navegación a vela, en el lago de Zurich.
Tiempo de ávida lectura
Sin embargo, el libro que más contribuyó a sacudir su creencia dogmática, en una Física basada en la mecánica newtoniana, fue Mecánica, del filósofo y físico experimental E. Mach.
Michelle Besso como de la familia
Y Michelle Besso, seis años mayor que Einstein, quien le había llamado la atención sobre la obra de Mach. Se habían conocido en 1897 en una velada musical (afición que Einstein mantuvo toda su vida), y fue el comienzo de una amistad que duró toda la vida. 
En él se conjugaban inteligencia, formación científica y sensibilidad, junto a una total ausencia de ambición profesional y empuje personal. Aunque Einstein siempre mostró respeto y admiración por las primeras, nunca comprendió las segundas.
Por mediación de Einstein, Besso conoció a Anna Winteler (sí, la hermana mayor de Marie, su primer amor) con la que se casó en 1898. Ya puestos de boda, apuntar que otro hermano de Marie, Paul, se casó con la única hermana de Einstein, su querida Maja.
Aunque en Zurich, Einstein, vivió de manera frugal, guardó la quinta parte del dinero que recibía de la familia. Su intención era ahorrar para adquirir la nacionalidad suiza. Con ayuda de su padre la solicitó en octubre de 1899.
Dificultades universitarias
De manera que, mientras los tres primeros obtuvieron un puesto como asistentes en la Universidad, Einstein se quedó sin él y ella tuvo que repetir curso.
Un percance universitario que, desgraciadamente, no fue el único que tuvo la pareja. La actitud de rechazo que Einstein mantuvo durante toda la carrera con las autoridades universitarias, le granjearon la antipatía de todos sus profesores.
Incluida la de H. Weber, el mismo que cinco años antes le había animado a ingresar en la Escuela.
En cierta ocasión, Weber le llegó a espetar a Einstein: “¡Eres inteligente muchacho! Pero tienes un gran defecto. No dejas que nadie te diga nada, absolutamente nada”. Einstein se desquitaría llamándole desde entonces “Herr Weber” en lugar de “Herr profesor”.
Weber esperó su oportunidad.
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