Su declive -me refiero al latín, claro- como lengua culta y con vocación mundial, tuvo su punto de inflexión a comienzos del siglo XVII .
Cuando el astrónomo y físico italiano, Galileo Galilei (1564-1642), decidió publicar sus trabajos sobre Cinemática en italiano, en vez de en latín que era la lengua culta.
Algo que el rebelde de Galileo hizo por varios motivos. El que interesa hoy es porque, escrito así, podría estar al alcance del pueblo llano, que no manejaba el latín.
Se trataría de un intento (el primero, quizás) por divulgar el nuevo conocimiento que nacía: la Ciencia.
El cambio de lengua de Galileo en sus escritos científicos fue, quizás, el más sonado pero no el primero. Hubo una precuela en esto de descabalgar al latín de la cultura.
La llevó a cabo el físico y matemático belga-holandés Simón Stevin (1548-1620), al escribir sus trabajos en holandés a finales del siglo XVI.
Él fue quien en realidad marcó el principio del fin del latín como lengua universal de la sabiduría europea.
Una estela que siguieron otros sabios, entre ellos el ya citado Galileo. No obstante el cambio del latín por una lengua vulgar, tardó en llegar.
Una estela que siguieron otros sabios, entre ellos el ya citado Galileo. No obstante el cambio del latín por una lengua vulgar, tardó en llegar.
Sirva de ejemplo que el gran Isaac Newton (1643-1727), un siglo después de Stevin, seguía escribiendo sus grandes obras de óptica, matemática, física, astronomía, etcétera en latín.
Claro que por aquel entonces, Newton era mucho don Isaac. Y cualquiera le rechistaba ni lo más mínimo.
Inglés y conocimiento
Les cuento esto porque no hace mucho leí que, el inglés, se había convertido en el latín del siglo XXI. Es decir era la nueva lengua en la que se vehicula el conocimiento humano.
O sea que vuelta a empezar. Al igual que en su tiempo lo hizo el latín, hoy día el inglés es el idioma de referencia.
Tanto es así que en las relaciones internacionales representa, tal vez, el 70% de las lenguas vehiculares. Lo que es mucho.
Tanto es así que en las relaciones internacionales representa, tal vez, el 70% de las lenguas vehiculares. Lo que es mucho.
Y a larga distancia le sigue el español. Que ha desplazado al francés al tercer puesto como lengua internacional. Luego no es cierto que el chino sea la segunda lengua internacional del mundo.
El hecho de que una lengua la hable más gente, no significa que sea la más internacional.
Por ejemplo, como lengua madre, el español hace tiempo que superó a la lengua de Shakespeare y Churchill. Hay más personas en el mundo que tienen como primer idioma el español que el inglés.
Lo que no significa que sea más internacional. Parece una paradoja, pero no lo es.
Lo que no significa que sea más internacional. Parece una paradoja, pero no lo es.
Tres cuarto de lo mismo ocurre con la determinación del país donde más se habla una lengua. Por ejemplo el español.
Sólo el 10 %
No todo el mundo tiene claro que España no es el país donde más gente habla el español. De hecho los españoles sólo representamos al 10% de los hispanohablantes.
El primer país hispanohablante del mundo es México. Detrás van los Estados Unidos. Y en un modesto tercer lugar está España, seguida muy de cerca, casi acosada diría yo, por Argentina y Colombia.
Esa es la realidad y hay que poner los pies en ella. Los españoles sólo representamos al 10% de los hispanohablantes. 450 millones de mujeres y hombres que hablamos la lengua de Cervantes y Borges, de Quevedo y Neruda, de Galdós y Vargas Llosa. Nuestro idioma materno.
También es una realidad que el español está siendo utilizado, cada vez más, como lengua materna en países como EEUU y Brasil. Dos colosos mundiales.
Por el ritmo con el que los hispanohablantes entran en los EEUU, se estima que para 2050 el español habrá desplazado al inglés como lengua materna. Y en Brasil más de lo mismo.
Valor económico de una lengua
Espectaculares son también las demandas de español que se producen en países como China y Japón.
Aunque aquí las motivaciones son otras. Y es que la lengua tiene también un valor económico.
Aunque aquí las motivaciones son otras. Y es que la lengua tiene también un valor económico.
El 78% de los estudiantes de español en estos países afirman aprender español para hacer negocios con el Mercosur. Se trata por tanto de motivos económicos.
Que no aprenden para leer, precisamente, el Quijote, vamos.
Que no aprenden para leer, precisamente, el Quijote, vamos.
Queda claro que la preponderancia de una lengua en el mundo actual ya tiene ninguna razón altruista y culta, como hasta los tiempos de Galileo. No. Ahora son económicas.
Ya lo dijo el clásico: Poderoso caballero es don dinero.
Ya lo dijo el clásico: Poderoso caballero es don dinero.
El particular vía crucis educativo de una de nuestras lenguas clásicas, el maltrecho Latín, se remonta en nuestro país, a los tiempos del inefable ministro José Solís Ruiz.
1 comentario :
Muy interesante carlos
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