(Continuación) Por mi parte les diré lo que pienso. Dejaré a un lado el valor artístico intrínseco de esta performance, en el que prefiero no entrar.
Tampoco entraré en lo que pensarán ecologistas y defensores de animales sobre, uno, el hecho de que maltraten a las ovejas pintándolas y, dos, el deterioro al ambiente que se tuvo que originar, cuando se sintetizó la pintura para semejante estulticia.
Pero lo que sí haré es contarles lo que piensa la ciencia. Desde su punto de vista, esta forma de crear poemas no tiene nada que ver con la mecánica cuántica. Pero vamos ni por el forro.
Como ya comentamos más arriba, la teoría cuántica sólo sirve para explicar el comportamiento de los componentes más diminutos del universo. Los que están por debajo del átomo, es decir, a nivel subatómico o mundo cuántico.
Pero para los objetos mayores, es decir para casi todo lo que nos rodea, las leyes cuánticas no se deben aplicar, ya que no se cumplen.
Y es que, en este Universo que nos ha tocado vivir, cada mundo tiene sus propias leyes. Leyes que no se pueden extrapolar a otros.
Y es que, en este Universo que nos ha tocado vivir, cada mundo tiene sus propias leyes. Leyes que no se pueden extrapolar a otros.
Éste es el error que cometen los pseudocientíficos y supuestos investigadores de lo paranormal. Un error que es fruto de su osada ignorancia científica y de su beocia intelectual.
La incertidumbre de la mecánica cuántica sólo concierne a las partículas subatómicas, y a la imposibilidad de medir de forma simultánea, pares de algunas de sus magnitudes físicas conjugadas (velocidad y posición, energía y tiempo, etcétera).
Pero no afecta a los fenómenos que suceden a nuestro alrededor. En ellos no aparece esta dificultad. Los poemas que se formen con el rebaño de ovejas pastando en el prado, podrán ser aleatorios, tendrán que ver con el azar. Pero nunca serán cuánticos.
El azar no tiene ninguna conexión con los principios de la mecánica cuántica. La incertidumbre del mundo cuántico no tiene nada que ver con lo azaroso de nuestro propio mundo. Es como mezclar churras con merinas.
Lo que estos charlatanes ofrecen no son más que dudosas analogías y lo que muestran es un profundo desconocimiento de lo que significa realmente el término cuántico.
‘La conciencia cuántica’
Como hace Dana Zohar, que en su libro ‘La conciencia cuántica’, especula con la idea de que la comprobada dualidad onda-corpúsculo de la materia, justifica y explica una supuesta dualidad entre lo físico y lo mental.
Según esta señora las partículas son algo concreto, material y, por tanto, más físicas. Y las ondas son más abstractas, etéreas y, por ende, más mentales. Esta errada y especulativa analogía es la que le hace afirmar que la conciencia es una fusión de ambas, en los estados cuánticos del cerebro.
Por supuesto que es sólo charlatanería. Un auténtico despropósito científico.
No les aburro con los razonamientos teóricos que invalidan las supuestas explicaciones de la señora Zohar. Pero sí les hago una llamada de atención.
Los razonamientos que emplean todas estas personas son, exactamente los mismos que esgrimen los que creen en dioses, en fuerzas mistéricas desconocidas o en los extraterrestres.
No hacen más que sustituir un misterio por otro todavía mayor.
Y ésa es su ventaja. Como relacionan el misterio con un término que procede de un campo de la ciencia más avanzada, entonces el misterio parece lucir una patina más rigurosa y científica.
Aunque en el fondo nadie, ni sus lectores ni él mismo, tenga ni puñetera idea de lo que dice. Lo malo del asunto es que lo hacen porque piensan que somos tontos. Y como así lo creen, intentan vivir a cuenta de nuestro dinero.
Y nos engañan diciéndonos lo que, saben o intuyen que, queremos, deseamos o necesitamos oír en un momento determinado de nuestras vidas. Son embaucadores, parásitos mercaderes de nuestras ignorancias y debilidades.
1 comentario :
Tal vez alguno de estos "charlatanes" realmente se crean lo que dicen... Pero como de todos modos eso no les daría más veracidad, no indagaremos en ese "tal vez".
Aquí un "tal vez" que, aunque parezca usted dejar muy claro, soy lo bastante cabezota como para querer corroborarlo una vez más. La distinción que hace entre la incertidumbre y el azar en la mecánica cuántica es intencionada,¿no? Si es así,¿es porque no se ha probado que, a nivel subatómico, las partículas se comporten por azar?
Publicar un comentario