Para esta, en apariencia, simple pregunta San Agustín (354-430), uno de los cuatro Padres de la Iglesia, ofrecía, ya en el siglo V, una más que decepcionante respuesta:
-¿Qué es entonces el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé.
Pero si quiero explicárselo a alguien que me lo pregunta, entonces no lo sé”.
Pero si quiero explicárselo a alguien que me lo pregunta, entonces no lo sé”.
La verdad es que no nos sirve de gran ayuda, el pensamiento del santo de Hipona acerca de esta misteriosa e inquietante idea del tiempo.
Tampoco nos alumbra sobre cuántos tipos de tiempos existen. Por fortuna estamos ante un asunto del que, tengo la impresión, se lo decía hace unos días, tampoco es que preocupe mucho a la gente corriente.
Lo que, por otro lado, está bien.
Lo que, por otro lado, está bien.
Al fin y al cabo hay quien dice por ahí que todo es relativo. Así que a saber.
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