Del uso del sistema duodecimal para contar, también nos ha quedado una frase, que aún se suele emplear, la de la docena del fraile.
Una docena que, como es sabido, consta de trece unidades, y con la que se alude al que busca un mayor beneficio para sí que para los demás, o al que toma más de lo que dice querer.
Está basada en un antiguo cuento que llegó a ser muy popular. Más o menos es así:
“Fue un fraile a comprar huevos y le dijo a la dependienta:
‘Quiero una docena, pero como son para distintas personas, me los vas a poner por separado. Para el abad me pones media docena (6); para el padre tornero un tercio de docena (4);
y para mí, sólo, un cuarto de docena (3)’.
Con prontitud el fraile pagó la docena y se llevó,
en cambio, trece huevos'.
Cuando marchó, la chica, algo mosca, hizo las cuentas y vio que el fraile la había engañado. De modo que, al cabo de una semana, al volver éste a la huevería con el mismo cuento, ella ya le estaba esperando. Y al despacharle, le espetó:
‘Señor fraile, le pongo junta la docena de huevos...
y ya se hará vuesa merced los reparto por el camino’.
‘Quiero una docena, pero como son para distintas personas, me los vas a poner por separado. Para el abad me pones media docena (6); para el padre tornero un tercio de docena (4);
y para mí, sólo, un cuarto de docena (3)’.
Con prontitud el fraile pagó la docena y se llevó,
en cambio, trece huevos'.
Cuando marchó, la chica, algo mosca, hizo las cuentas y vio que el fraile la había engañado. De modo que, al cabo de una semana, al volver éste a la huevería con el mismo cuento, ella ya le estaba esperando. Y al despacharle, le espetó:
‘Señor fraile, le pongo junta la docena de huevos...
y ya se hará vuesa merced los reparto por el camino’.
“Si me engañas una vez la culpa es tuya,
pero si me engañas dos veces,
entonces, la culpa es mía”.
pero si me engañas dos veces,
entonces, la culpa es mía”.
Pues eso.
1 comentario :
La docena, o "docenica" en diminutivo simpático, del fraile no consta de doce unidades, sino de trece y es que los frailes tienen fama de aprovechados y de hacer las cuentas a su conveniencia, de tal manera que son capaces de alterar hasta las matemáticas a su antojo. Por eso este dicho se usa para advertir de un abuso o incorrección en las cuentas.
Ejemplo: No puedo creer que me estés intentando colar la docenica del fraile. Vamos a repasar las cuentas.
Publicar un comentario