miércoles, 7 de mayo de 2025

Sevilla, sanidad e higiene. Siglos XIX y XX. Factores

(Continuación) Y de forma más tangencial, pero por ello no menos presente en la sociedad, estaban las enfermedades venéreas con uno de sus focos de producción no muy lejos, precisamente, del Hospital de la Caridad.

Una auténtica plaga para el hombre en aquella época y que la medicina decimonónica sólo podía contrarrestar con sulfamidas, sustancias químicas sintéticas de amplio espectro derivadas de la sulfonamida.

Otros factores: higiene, promiscuidad, alcantarillado

Una calamitosa situación agravada con una alarmante falta de higiene dado que la gente apenas se lavaba por decirlo de alguna forma; en realidad la higiene brillaba por su ausencia y así en los corrales, cuando lo hacían, era una vez a la semana en un baño de cinc (Zn) compartido y con agua calentada al sol.

Falta de higiene a la que hay que añadir la promiscuidad con la que se vivía en estos corrales, un vector que solo favorecía la propagación de las enfermedades; y la falta de alcantarillado público a cuya construcción, por cierto, se opuso la Liga de Propietarios de Sevilla.

Asociación civil que en 1901 entró en conflicto con el Ayuntamiento y estuvo a punto de impedir la construcción del nuevo alcantarillado en el casco antiguo de la ciudad, de hecho, llegaron a apedrear al director General de Sanidad. Como lo lee.

Ocurrió cuando en 1903 vino a nuestra ciudad en tren para imponer tal construcción y, por seguridad, dicen, tuvo que continuar el viaje hasta Cádiz. (Pulido Fernández, Ángel. Sanidad pública en España y ministerio social de las clases médicas, Madrid: Est. Tip. Enrique Teodoro, 1902: p. 23).

Otros factores: potabilidad, alimentación, medicinas

Sin contar con que tampoco estaba garantizada la potabilidad de la mayoría del volumen del agua que abastecía a los sevillanos y, por supuesto, estaba la deficiente alimentación debida a la pobreza del país en esos años.

Todo junto hacían un excelente caldo de cultivo (perdón por la expresión, pero viene que ni al pelo) para una fácil propagación de todo tipo de enfermedades; una más que deficiente situación higiénica y salutífera sobre todo para la gente pobre, básicamente los dos tercios de la población.

Que solo disponía de las Casas de Socorro como primera estancia sanitaria, el Hospital de las Cinco Llagas y la Sangre, y el Hospital de la Caridad, para ir a morir al ser el único que acogía a aquellos enfermos incurables que, por sus especiales dolencias, no eran atendidos en otros hospitales. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 


1 comentario :

conciencia ambiental dijo...

Es impactante reflexionar sobre los desafíos que enfrentaban las autoridades y la población en una época donde las enfermedades infecciosas eran comunes y el conocimiento médico aún era limitado. Este tema nos hace valorar los avances logrados en salud pública y nos recuerda que muchas de las comodidades y seguridades sanitarias que hoy damos por sentadas son el resultado de siglos de aprendizaje, esfuerzo colectivo e innovación. Además, nos invita a reflexionar sobre la importancia de seguir fortaleciendo los sistemas de salud para enfrentar los retos del presente y del futuro.