jueves, 31 de octubre de 2024

DCPS. Cartela de Ehrlich en el Laboratorio Municipal de Sevilla (2)

(Continuación) De modo que se consideró oportuno retirarlo de las visitas asistenciales y “recluirlo” en el laboratorio fuera de la vista de los pacientes, lo que en principio pareció una buena idea pero resulta que fue como salir de Málaga y entrar en Malagón.

Como laborante era torpe, desordenado, descuidado incluso con muestras patológicas peligrosas, su mesa era un caos, en fin lo dicho, Malagón; de hecho, cuando el ya entonces célebre médico y microbiólogo alemán Robert Koch (1843-1910) visitó Breslau, donde estudió Ehrlich, se lo presentaron como un magnífico “artista” mezclando colorantes, pero un nefasto estudiante.

Qué quiere que le diga, lo sé por propia experiencia, estas cosas pasan.

Década años ochenta del siglo decimonónico. 1882

Pero Frerichs ya se había percatado del talento científico del joven “artista” y decidió dejarlo trabajar por libre, en lo quisiera; fue cuando aplicó sus métodos a la hematología, coloreando con diferentes tintes preparaciones secas de sangre.

Una técnica que tuvo una rápida aplicación en la clínica pues se pudo diferenciar mucho mejor las distintas enfermedades de la sangre; también clasificó los glóbulos blancos en linfocitos y mielocitos o leucocitos, y estos en neutrófilos, basófilos y eosinófilos.

Estudió la leucemia, la leucocitosis, la linfocitosis y la eosinofilia, y acuñó los conceptos de metacromasia y degeneración anémica; Ehrlich fue uno de los médicos que el 24 de marzo de 1882 asistió a la conferencia de Robert Koch sobre la tuberculosis.

La misma en la que comunicó el descubrimiento de su agente causal, y naturalmente se sintió de lo más atraído por lo que le pidió un cultivo para intentar teñir la bacteria, empleando para ello fucsina ácida.

Al hacerlo observó que el bacilo tuberculoso, una vez teñido, era la única bacteria que resistía a la decoloración con alcohol-ácido y para demostrarlo, tras teñir una preparación en anilina disuelta en agua, decoloró con ácido nítrico (HNO3) y tiñó con violeta de genciana. Funcionó.

Ni que decirle que ese mismo año lo publicaba, aunque la autoría le fue sustraída en 1885 por una pareja de cuidado que estuvo al quite, tanto es así que en la actualidad se conoce como método de Zielh-Neelsen cuando debería llamarse método de Ehrlich; seguro que no ignora que estas cosas han pasado, pasan y pasarán mientras el hombre sea hombre.

También desarrolló tinciones diferenciales en microbiología como la técnica Gram y estudió la diazoreacción para diagnosticar la fiebre tifoidea, que demostraba la presencia del urobilinógeno en la orina; al año siguiente ya se había introducido como práctica para la detección de bilirrubina C33H36N4O6 en orina. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 03 de junio de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad. 

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