(Continuación) No fue hasta Mendel, quien con sus experimentos diseñados con un orden y un propósito buscó las leyes básicas a las que obedecen tales cruces de una manera científica, que empezamos a tener un conocimiento cierto del mismo.
Una investigación a lo largo de siete años en la que
empleó alrededor de 30 000 plantas de guisante, una especie que eligió por
doble motivo principalmente. De un lado sus flores tienen el aparato
reproductor masculino y femenino (son hermafroditas), lo que permite la
autofecundación.
Y del otro, por la variedad de siete de sus caracteres:
semillas con forma gris y lisa, o blanca y rugosa; cotiledones amarillos o
verdes; flores blancas o violetas; vainas con forma llena o rugosa; color
amarillo o verde; y tallo con flores axiales y en el extremo; y de tamaño alto
o bajo.
‘Versuche
über Pflanzenhybriden’
Un trabajo totalmente desconocido por el mundillo científico de la época, al ser llevado a cabo en un relativo anonimato por Mendel, pero que vio la luz en 1865 cuando pronunció dos conferencias sobre la hibridación de plantas en la Sociedad de Historia Natural de Brno.
La misma que publicaría los resultados de sus estudios
con el título: ‘Experimentos sobre híbridos de plantas’, 1856, en su
revista del año siguiente; con ellos mostraba que, efectivamente, se podía
modelar la herencia de ciertas características como la piel arrugada o lisa,
por simples principios matemáticos. Toda una revolución genetista cuya vital
importancia, prácticamente, pasó inadvertida.
Por las referencias que se tienen de la época parece ser
que no fue bien entendida por sus contemporáneos pues la mayoría de científicos
pensó que con dicho trabajo el monje no había demostrado nada que no se supiera
ya, los híbridos vuelven finalmente a su estado original.
Naturalmente, también envió sus conclusiones a científicos de la época de diversos países de los que no obtuvo respuesta alguna, quizás sus investigaciones eran demasiado avanzadas para su tiempo, no sería la primera vez que esto pasa, ni la última por supuesto.
El caso es que se desencantó, lo que unido a los hechos
de ser nombrado abad del monasterio en 1868 y sufrir una importante pérdida de
visión, juntos propiciaron que fuera abandonando su actividad botánica para
dedicarse en exclusiva a las tareas administrativas propias de su nueva función
en el monasterio. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue publicado el 06
de mayo de 2024, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario
digital Sevilla Actualidad.
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