[Esta entrada apareció publicada el 29 de diciembre de 2023, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Para algunos el del titular es otro de los números de la suerte a los que jugar en los sorteos de loterías, si bien es verdad que resulta poco conocido salvo por determinados grupos matemáticos, y la razón no es otra que la de ser un “número mágico” con unas propiedades que los diferencian por completo del resto.
Este que le
traigo hoy por motivos navideños responde al nombre de constante de Kaprekar
y está relacionada con una operación homónima consistente en pensar en un
numero de cuatro dígitos en base 10, y tras varios pasos sencillos y siempre
iguales, ver que se obtiene indefectiblemente dicha constante numérica, 6174.
Las operaciones no son otras que las de ordenar los dígitos del número que se le ocurra en orden ascendente, después en orden descendente y restar el mayor del menor. Independiente del que haya elegido, tras repetir la operación 2, 3 o 4 veces al resultado, verá aparecer la constante. Por experiencia, de no ser así tras la séptima vez, mi consejo es que repase las cuentas pues hay muchas probabilidades de que haya cometido un error en los cálculos. Se lo ejemplifico.
Pienso en un número:
3256. Ordeno sus dígitos en orden descendente: 6532. Ordeno sus dígitos en
orden ascendente: 2356. Resto el menor del mayor: 6532 – 2356 = 4176. No es la
constante y repito los pasos con el resultado: 7641 – 1467 = 6174. Et voilà,
magia potagia. He tenido suerte y me ha salido a la segunda, pero no olvide
que, antes o después, sale siempre, por eso es una constante.
Por supuesto también funciona con el mismo 6174, un punto fijo que a mediados del siglo pasado descubrió casi por azar el matemático indio D. R. Kaprekar (1905–1986) quién sin formación universitaria, de manera autodidacta, estudió matemáticas y en particular los números.
Como éste al que siempre convergían,
una constante, y que reiteraba la existencia de una serie numérica de
singulares propiedades, no estudiada hasta ese momento por nadie, y que
comienza con una operación elemental, la resta. Entre otras aportaciones está
también el número de Kaprekar, todo aquel entero no negativo en una base
dada, que elevado al cuadrado puede ser separado en dos números, parte
izquierda y parte derecha (distinta de cero), que sumados dan el número
inicial.
Por ejemplo: el 9 lo es pues su cuadrado es 81 y 8+1=9; pero el 8 no pues su cuadrado es 64 y 6+4≠8; también es un número de Kaprekar el 703, pues su cuadrado es 494 209 y 494 + 209 = 703. Como curiosidad espuela, su obra habría pasado desapercibida de no ser por el matemático, filósofo, divulgador de la ciencia, ilusionista y escéptico estadounidense Martin Gardner (1914-2010).
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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1 comentario :
La constante de Kaprekar es un fascinante ejemplo de cómo las matemáticas pueden revelarnos patrones ocultos en números aparentemente comunes. Aunque el proceso para encontrar la constante 6174 puede parecer un juego numérico simple, lo cierto es que encierra una belleza matemática única, ya que, sin importar el número inicial de cuatro cifras que elijamos, siempre acabamos llegando a esta constante tras unos pocos pasos. Este fenómeno refleja la magia de los números, que, aunque a menudo se perciben como abstractos, poseen propiedades sorprendentes que pueden resultar asombrosas incluso para quienes no son expertos en matemáticas. Es una excelente muestra de cómo descubrimientos como este pueden surgir de la curiosidad autodidacta, como fue el caso de D. R. Kaprekar, cuya aportación sigue cautivando tanto a matemáticos como a entusiastas de las ciencias.
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