jueves, 8 de marzo de 2018

Si quieres quitarte la borrachera, enamórate (y 2)

(Continuación) No sólo podría hacer que una persona consumiera menos alcohol sino que, si ya lo ha ingerido, hacer que se intoxique menos y, como consecuencia, tenga menos probabilidades de sufrir un accidente vinculado a su ingesta. 
De hecho recientes ensayos clínicos han demostrado que el espray nasal de oxitocina reduce la ansiedad por la bebida y los síntomas de abstinencia en los alcohólicos. De modo que puede que no ande lejos la existencia de un fármaco basado en la oxitocina, que permita desarrollar tratamientos para el alcoholismo.
Claro que una cosa es la ingesta de un fármaco y otra bien distinta pensar que podemos prevenir los efectos de una intoxicación etílica o neutralizarlos a posteriori, con una mayor producción de la hormona en nuestro cerebro durante un acto de intimidad.
Ya me entienden, hacer el amor ¿Por qué lo llamarán amor cuando quieren decir sexo?
Concluyendo que es gerundio
Aunque desde el punto de vista biológico, y sin ir más allá, beber más de la cuenta y estar enamorado puedan tener sus similitudes (recuerden el ‘Estar borracho y enamorado es casi lo mismo de las universidades inglesas de Brighton y Birmingham), no es en absoluto recomendable ingerir cantidades desmedidas de una bebida alcohólica, para sentir mariposas en el estómago como dicen algunos. No, no lo es.
Como tampoco lo es su viceversa (recuerden ‘El amor neutraliza la borrachera’ de las universidades australianas de Sydney y Regensburg). De entrada no es aconsejable provocar un clímax, dicho sea en su específica connotación biológica y sexual, vamos un orgasmo, para paliar los excesos de una noche. No.
Otra cosa es que rodando, rodando,...
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