(Continuación) No sólo podría hacer que
una persona consumiera menos alcohol sino que, si ya lo ha ingerido, hacer que
se intoxique menos y, como consecuencia, tenga menos probabilidades de sufrir
un accidente vinculado a su ingesta.
De hecho recientes ensayos clínicos han
demostrado que el espray nasal de oxitocina reduce la ansiedad por la bebida y
los síntomas de abstinencia en los alcohólicos. De modo que puede que no ande
lejos la existencia de un fármaco basado en la oxitocina, que permita
desarrollar tratamientos para el alcoholismo.
Claro que una cosa es la ingesta de un
fármaco y otra bien distinta pensar que podemos prevenir los efectos de una
intoxicación etílica o neutralizarlos a posteriori, con una mayor producción de
la hormona en nuestro cerebro durante un acto de intimidad.
Concluyendo que es gerundio
Aunque desde el punto de vista biológico,
y sin ir más allá, beber
más de la cuenta y estar enamorado puedan tener sus similitudes (recuerden el ‘Estar
borracho y enamorado es casi lo mismo de las universidades inglesas de Brighton
y Birmingham), no es en absoluto recomendable ingerir cantidades desmedidas de una
bebida alcohólica, para sentir mariposas en el estómago como dicen algunos. No,
no lo es.
Como tampoco lo es su viceversa (recuerden
‘El amor neutraliza la borrachera’ de las universidades australianas de Sydney
y Regensburg). De entrada no es aconsejable provocar un clímax, dicho sea en su específica connotación biológica y sexual, vamos
un orgasmo, para paliar los excesos
de una noche. No.
[*] Introduzcan en [Buscar
en el blog] las palabras en negrilla
y cursiva, si desean ampliar
información sobre ellas.
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