La
justificada preocupación que las autoridades académicas manifiestan, por el
bajo conocimiento que los alumnos de Secundaria y Universidad demuestran de las
reglas ortográficas y gramaticales, no es exclusiva, ni con mucho, de los
tiempos que corren.
Como
tampoco lo son las diversas reformas que se han propuesto para su mejora. Una
de las más sonadas quizás, y polémica seguro, es probable que la recuerden
ustedes.
La protagonizó el escritor colombiano Gabriel García Márquez ‘Gabo’ (1927-2014), ya por entonces
condecorado con el Premio Nobel de Literatura (1982), cuando en
la primavera de 1997 y en la inauguración del ‘Primer Encuentro de la Lengua Española’ en Zacatecas (México),
pidió la jubilación de la ortografía y la gramática. Tal como lo leen, con un
par.
Además,
lo del “bueno” de Gabo no quedó ahí.
No. El escritor pasó a la acción aportando sugerencias e ideas y propuso, entre
otras, suprimir las haches, unificar bes y uves y especializar ges y jotas.
Les
cuento esto porque he encontrado en el escritorio informático (de mi ordenador,
claro), en una carpeta (virtual, por supuesto), un archivo (de texto, ni que
decirlo) que tengo desde hace muchos años. Cuando se lo transcriba podrán
comprobar que dicho documento, bien podría ser la fuente de las ideas vertidas
por el premio nobel.
Quien
por cierto utilizaba, y de forma magistral, todas las haches, bes, uves, jotas
y ges habidas y por haber, cuando le dieron el susodicho galardón. Dudo mucho
que el colombiano hubiera logrado la calidad literaria y difusión comercial que
alcanzó, sin ellas. Pero bueno ese es otro asunto, y nosotros estamos para lo
que hemos venido, lo del archivo de mi computadora.
En
esencia dicho documento no es más que una proposición de reglas ortográficas
unificadoras y simplificadoras para la lengua española. Una medida que sin duda
agradeceríamos en principio, muchos de los que estamos interesados, y tantos
quebraderos de cabeza nos da, en el asunto éste de juntar palabras.
Además
junto con la propuesta viene su aconsejado, por aconsejable, desarrollo. Una
especie de puesta en vigor de las reglas que, dada su modernidad, se tendría
que realizar de forma paulatina. Como en etapas, de las que en concreto hay
tres (3).
Tan aperturista muestra ser su naturaleza y transgresor su
carácter. Precaución. (Continuará)
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