Es el título de la canción compuesta (letra y música) en
1967 por Carlos Núñez Cortés (1942) y
forma parte del álbum Sonamos, pese a
todo de 1971, grabado por el singular grupo de músicos-humoristas
argentinos Les Luthiers.
De ellos poco que decir que no sepan o les suene de haberlo sabido. Pero
por si acaso.
El grupo
Formado al amparo de la corriente musical universitaria que se da en Buenos
Aires en los años 60, desde el primer momento tienen claro lo que quieren. Sobre
el escenario ellos harán que nos riamos con la música, no de la música.
Su humor será fácil, inteligente y elegante pues no en vano, además, actúan
vestidos de etiqueta. Y sin dejar de ofrecer esa imagen ya clásica sobre el
escenario, ellos juegan al humor absurdo, refinado e intelectual con la excusa
de la música clásica o cualquier otra.
Algo nada fácil si, para más inri,
se acompañan de sus descacharrantes cacharros musicales, creados a partir de los
objetos más cotidianos que se puedan imaginar y que seguro han visto, como
globos, latas, tubos de cartón, mangueras, etcétera y que funcionan a modo de “informales”
instrumentos musicales.
Les decía más arriba que se trata de un grupo singular y por lo ya
comentado, en mi opinión creo que no ando desacertado. Pero si no están
convencidos del todo les aporto un dato más.
Además de componer y actuar en el grupo, todos tienen su propia profesión que
siguen ejerciendo, entre ellas -y sin citar las propias del mundillo de la
música como director de orquesta, concertista de piano, guitarrista, arreglador,
percusionista, etcétera-, se cuentan las de profesor universitario, notario, locutor,
redactor publicitario, un doctorado en Química, etcétera.
En fin se lo dije, un grupo singular al que, ya lo saben, el éxito le
acompaña desde sus comienzos, sus actuaciones se cuentan por triunfos y llevan así
ya cincuenta años por los escenarios de medio mundo. Quizás por ello en 2017 recibieron
el Premio Princesa de Asturias en la
categoría de Comunicación y Humanidades,
el galardón más importante que se otorga en España.
Un reconocimiento que no es que les haya caído de la
noche a la mañana, no, la cosa de la nominación viene de lejos y curiosamente
siempre en otra categoría, la de Arte.
Pero el caso es que al final ha llegado. Y con el galardón se muestran felices,
aturdidos y orgullosos.
Han manifestado que con su concesión se eleva al humor de categoría y eso,
estarán con ellos, siempre suma. Una elemental operación aritmética necesaria
siempre para avanzar. Como ellos mismos dicen, los humanos somos unos monos que
ríen.
Y de la canción, de su título y letra, pues les diré más o menos tres
cuartos de lo mismo.
Teorema de Tales. Canción
El primero, el título, no llama a engaño alguno. Hace
alusión al teorema (bueno en realidad existen dos con el mismo nombre)
relacionado con la geometría clásica
atribuido(s) al griego Tales de Mileto (623-540
a. C.) y que muchos podrán recordar de sus años bachilleres y universitarios.
Y la segunda, la letra, lo confirma. Se trata de un
divertimento matemático cuyo contenido, todo hay que decirlo, no es una mala
forma de aprender este primer (de los dos) teorema geométrico de Tales que
habla de paralelas, transversales, segmentos y proporcionalidades. (Continuará)
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