lunes, 22 de mayo de 2017

¿Por qué se desatan solos los cordones de los zapatos?

Es una experiencia que todos hemos vivido, y en más de una ocasión a lo largo de nuestras vidas. No importa lo fuerte que los atemos, que caminemos o corramos, los cordones de los zapatos o de las zapatillas de deporte terminan mostrando esa fastidiosa tendencia natural a desatarse.
Es una especie de imperativo cósmico por el que un día, el que menos te esperas, los cordones parecen conjurarse en contra nuestra y se desatan a la primera de cambio. Es la conocida conspiración cordonense y se trata sin duda alguna de un hecho incuestionable.
De modo que lo único planteable por nuestra parte es hacernos la pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué se desatan solos los cordones de los zapatos?
Es más, sin ánimo de agotar el tema ni intención de ser exhaustivo, pero fiel a la vocación de servicio público del blog, incluso dar otra vuelta de tuerca al asunto: ¿Lo hacen todos los cordones en realidad? ¿Depende del tipo de nudo que le hagamos? ¿Influye el material del que esté hecho el cordón?
Bueno pues ya tenemos tema del que quema, que dijo aquel.
No existen preguntas estúpidas
Ignoro si en alguna ocasión se habrán hecho algunas de estas preguntas o si incluso, ahora que las han visto negro sobre blanco, piensan que el enroque de hoy es algo chorra o estúpido.
Lo ignoro les digo, comprendo inclusive que lo piensen, faltaba más, pero ya que he utilizado el adjetivo sepan que el científico y divulgador estadounidense Carl Sagan (1934-1996) era de la opinión que las preguntas estúpidas no existen.
No. De hecho sus creencias iban más bien en esa misma dirección sólo que en sentido contrario. Para él lo realmente estúpido era, precisamente, no hacerse preguntas. Y no puede ser más acertado ese pensamiento.
No cabe ninguna duda de que es la curiosidad, verbalizada por ejemplo en forma de interrogantes, la única forma de descubrir y aprender. Algo que ocurre casi siempre incluso en las tareas, aparentemente, más sencillas y menos prácticas.
Y creo que ésta de hoy de “¿Por qué se desatan...” es una de esas preguntas ya que, si bien leída a vuela tecla no puede parecernos más sencilla, les aseguro que su respuesta, una vez metidos en harina, no lo es tanto. No, no lo es en absoluto.
En lo que respecta al aspecto práctico de la misma, créanme por ahora si les digo que no le anda a la zaga, pero esto se lo cuento después.
Lo mejor es que vayamos por parte y veamos qué dice la ciencia sobre el nudo de los cordones y la forma en la que se desatan solo.
Ciencia del nudo
Sorprende, a mí al menos, saber que el descubrimiento cordonil cuenta con tan solo unas semanas de existencia, pues se publicó el pasado mes de abril en la revista Proceedings of the Royal Society A, así que no puede ser más reciente.
Y ha sido llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.), ya saben cómo son. En esencia las conclusiones a las que han llegado apuntan a que la causa de que se desaten los cordones del calzado es de naturaleza física, en concreto mecánica y más en particular dinámica.
De modo que, según ellos, una compleja composición de fuerzas que actúan cuando caminamos y corremos, es la responsable de que se vaya venciendo el anudamiento cordonero. Una combinación de fuerzas en movimiento.  



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