El pasado sábado 13 de diciembre fue el día de Santa Lucía, que es patrona de los ciegos y abogada de las enfermedades de la vista, entre otras ocupaciones buenas de la santa mujer.
El día del mes lo sé porque aparece en el santoral católico. Pero su relación con la visión lo aprendí de mi abuela María, que era mucho de recordar estas cosas, y del arte de la música. Sí, de la música.
En concreto de la del granadino Miguel Ríos y su balada ‘Santa Lucía’, compuesta por el argentino Roque Narvaja e incluida en el elepé de 1980, Rocanrol bumerang.
Dame tus manos,
siente las mías,
como dos ciegos,
Santa Lucía, Santa Lucía, Santa Lucía.
a menudo me recuerdas a mí.
Santa Lucía de noche y de día
Además quería saber si, de ser cierto, había alguna razón científica para ello pues a él, así me lo confesaba, no le encajaban las fechas. Como que le bailaban unos días.
Naturalmente, en cuanto he resuelto algunos asuntos urgentes, me he puesto manos a la obra con éste, que no sólo es importante sino que, mire por dónde, también es urgente.
Lo es porque tenemos el cambio de estación astronómica a la vuelta de la esquina. Ya, como quien dice.
Para empezar les comentaré que la pregunta existe como afirmación en nuestro refranero donde podemos leer: “Por Santa Lucía, se acortan las noches y crecen los días” o “En llegando Santa Lucía, un palmo crece el día”. Me encanta lo de “En llegando”.
Bueno pues ya tenemos un principio de respuesta. Si nos atenemos a este saber popular, ésta es afirmativa.
Pero ya saben cómo funciona el refranero. Por cada refrán supuestamente cierto, existe otro que, diciendo lo contrario, también es supuestamente cierto. Claro, así acierta siempre.
De modo que no parece muy fiable. Vayamos entonces a otro campo de conocimiento, el de las Ciencias del espacio.
Santa Lucía astronómica
Estudiada la cuestión desde esta perspectiva, ese acortamiento y alargamiento suena mucho a cambio de estación. En teoría apunta a la llegada del solsticio de invierno, ya hemos hablado de él en el blog. Así que no parece ir mal encaminado el refrán, pero lo cierto es que ese momento espacial del solsticio y el consiguiente alargamiento del día, no tiene lugar el día trece.
El de invierno puede ocurrir hasta en cuatro fechas distintas del mes de diciembre, las comprendidas entre los días 20 y el 23; por ejemplo este año del Señor de 2014, será el lunes 22 a las 0 h 3 min hora oficial peninsular. Pero no el día trece como dice el refrán.
¿A qué se puede deber este cambio de fechas de alrededor de unos diez días?
Una cuestión de calendario
Pues guarda una estrecha y directa relación con la introducción en 1582 del calendario gregoriano, debido a un desfase de días con el universo que acumulaba el hasta entonces imperante calendario juliano.El caso es que la implantación del nuevo supuso la desaparición de diez (10) días del mes de octubre de 1582, en concreto del 4 al 15, y que ocasionó que el día de la santa y el que se produce el solsticio de invierno, ya no coincidan.
Lo que en sí no tiene mayor importancia cósmica.
Así que visto con perspectiva, en este asunto, quien no ha estado a la altura es el refranero. Si con el valor de las pruebas la ciencia hizo cambiar el calendario y con el cambio la Iglesia hizo lo propio y modificó el santoral, ya podía el refranero habérselo currado algo más y haber modificado el texto.
Del que por cierto tengo un dato en el que abundar.
Resulta que el dicho tiene una segunda parte poco conocida. Completo viene a decir algo así como: “Santa Lucía, acorta la noche y alarga el día. Pero ni menguó ni creció hasta que Cristo no nació”.
¿Qué me dicen? ¿Le encuentran algún significado al añadido?
Cómo es la ciencia. Siempre haciendo más preguntas que respuestas da. Como consuelo les dejo con el rockero.
1 comentario :
Pues tiene su razón de ser si tenemos en cuenta que es el día en que anochece antes. A partir del 13 empieza a anochecer más tarde aunque hasta primeros de enero no llega el día en que amanece más tarde. Así que al empezar a anochecer más tarde da la impresión de que los días alargan
Publicar un comentario