(Continuación) Seguimos con estos premios chuscos que, según la tradición, se llaman así en recuerdo de Ignatius, hermano ficticio de Alfred Nobel (1833-1896). O sea broma sobre broma con los galardones escandinavos.
Es más. Son, precisamente, los premiados con los auténticos Nobel, los encargados de entregarlos en una ceremonia en la que predomina el sentido del humor y las ganas de pasarlo bien.
Ig Nobel de Economía
Concedido al Instituto Nacional de Estadística de Italia que 'para incrementar el volumen de la economía nacional, incluyó la prostitución, las ventas de drogas ilegales, el contrabando y otras transacciones ilegales, en su contabilidad’.Un mandato de la Unión Europea y que este país lidera en su cumplimiento. Es el segundo Ig italiano, del doblete de este año.
Sin duda una buena idea para su PIB. En fin.
Ig Nobel de Física
Concedido a los científicos japoneses Kiyoshi Mabuchi, Kensei Tanaka, Daichi Uchijima y Rina Sakai por ‘medir la fricción entre un zapato y una piel de plátano y entre la piel de plátano y el suelo cuando una persona pisa una piel de plátano que está en el suelo’.Este equipo de investigadores -dirigidos por K. Mabuchi de la Universidad Kitasato, en su investigación titulada ‘Coeficiente de Fricción bajo una Cáscara de Plátano’-, tras medir el coeficiente de fricción entre la cáscara y diferentes superficies, y el que se produce entre la cáscara y la suela de un zapato, ha corroborado los peligros ciertos que tiene el hecho de pisar una cáscara de plátano, dada su capacidad para provocar un resbalón.
Qué me dice. Estoy seguro que nunca se lo hubiera imaginado, pero es así. La piel de plátano resbala y, desde ya, está comprobado científicamente.
Ig Nobel de Medicina
Concedido a Ian Humphreys, Sonal Saraiya, Walter Belenky y James Dworkin, un grupo de investigadores indios y estadounidenses, por ‘tratar los sangrados de nariz incontrolables rellenando las fosas nasales con bacon’.Como lo lee. Si sufre de incómodas e incontrolables hemorragias nasales, olvídese del clásico y antiguo algodoncito. Vaya al frigorífico, corte un trozo de panceta y métasela por la nariz. Mano de santo, oiga. Y es que ya se sabe que del cerdo se aprovecha todo.
Todo empezó porque los científicos observaron el caso de un niño de cuatro (4) años de edad que padecía de tromboastenia de Glanzmann, una enfermedad que provoca fortísimas hemorragias. Tanto que pueden acabar con la vida del paciente.
Bueno pues según ellos, en dos ocasiones extremas de sangrado, el pequeño fue tratado con éxito con tiras de carne de cerdo curada.
En ambos casos se produjo el cese completo de la hemorragia nasal en, tan sólo, veinticuatro horas (24 h), por lo que el pequeño fue dado de alta dentro de las setenta y dos horas (72 h) después del tratamiento.
Para este equipo, el bacón puede ser utilizado como un tampón nasal, ya que detiene correcta y rápidamente la hemorragia con eficacia y sin secuelas. Una buena noticia.
Ig Nobel de Neurociencia
Concedido a los científicos chinos Jiangang Liu, Jun Li, Lu Feng, Ling Li, Jie Tian y Kang Lee por ‘intentar entender qué pasa en los cerebros de las personas que creen ver el rostro de Jesús en una tostada’. Un asunto delicado.Por ello, y para tranquilidad de quienes tengan experiencias semejantes, desde ya les adelanto que no han perdido un tornillo. Por decirlo de forma coloquial.
Según su estudio ‘Seeing Jesus in Toast: Neural and Behavioral Correlates of Face Pareidolia’, publicado en la revista Cortex, estas pareidolias faciales son de lo más normal entre los humanos y su existencia está más que justificada por la ciencia.
Resulta que nuestro cerebro es único a la hora de reconocer rostros, y basta con la más leve similitud o sugerencia de parecido con un rasgo facial, para que él interprete lo que vemos, como una cara. Sea de quien sea la cara.
Así que “tranqui”. No son pocos los que ven rostros humanos en su tostada mientras desayunan. (Continuará)
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