Fuleco, la mascota de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014

Ésta es quizás una de las novedades que menos les suene de este mundial de futbol que se nos acaba de ir. Y eso que su nombre fue elegido por votación popular hace ya casi dos años, como el Brazuca, el nombre del balón.

En el caso de la mascota, el nombre de Fuleco fue elegido con un total del cuarenta y ocho por ciento (48 %) de los votos, seguido por el de Zuzeco con el treinta y uno por ciento (31 %) y Amijubi con el veintiuno (21 %).

Fuleco, una palabra que proviene de unir otras dos, fútbol (ful) y ecología (eco), y que representa a un armadillo de tres bandas brasileño. Un animal en peligro de extinción.

Tolypeutes tricinctus

Ésa es la especie a la que pertenece y se trata de un mamífero fácil de reconocer por su peculiar caparazón dorsal, larga cola y cortas extremidades.

Un caparazón formado por placas yuxtapuestas ordenadas, por lo general, en filas transversales y que viene a actuar como una perfecta armadura protectora. Y es que dichas placas están constituidas por láminas óseas cubiertas por escudos córneos que, en algunos géneros, permiten al animal, incluso, enrollarse en forma de esfera.

Una protección que los hace casi invulnerables frente a otros animales pero no, por desgracia, frente al hombre. Otro tipo de animal. Y como les he dicho más arriba, el armadillo está en peligro de extinción.

De hecho su nombre aparece incluido, desde hace más de doce (12) años, en la lista de especies amenazadas. Y no son pocos los expertos que consideran que, si no se hace nada para su conservación, podría desaparecer en menos de cincuenta (50) años.

Precaución, por tanto.

De ahí que pareciera estupenda la idea de nombrar al armadillo como mascota del mundial, con la intención que ya se puede imaginar.

Que tanto la FIFA como el Gobierno brasileño tomaran medidas y proporcionaran apoyo económico para luchar contra la extinción del tatu bola, como también se le conoce de forma popular. Un compromiso proteccionista en el que ambos se implicaron.

Y en principio el Gobierno se apresuró a anunciar la creación de dos áreas protegidas para el animal, pero. Sí, el pero es el que se está imaginando. El plan gubernamental nació carente de todo tipo de financiación económica.

Y de la promesa de la FIFA de ayudar a la conservación del animal ni rastro. O peor, ni está ni se la espera.

De modo que el tatu-bola lleva camino de convertirse en tatu morto (armadillo muerto), como Fuleco ha pasado a ser una mascota amenazada, atacada y casi desaparecida.