jueves, 23 de agosto de 2012

¿Cómo es posible que den “oxígeno puro” a personas con problemas de respiración? [II]

(Continuación) De modo que no sólo se puede, sino que se debe respirar, cuando se tiene cierta deficiencia respiratoria. Eso, claro, si es que no quiere uno abandonar este valle de lágrimas.

Ya saben, querer, deber, poder.

Por este motivo es utilizado en la actualidad en todo el mundo. En hospitales y en domicilios particulares. Por personas asmáticas, por las que sufren ataques cardiacos, por las que convalecen de una operación pulmonar y así un largo, largo, etcétera.

Cualquiera puede comprender que si una persona no puede aspirar aire, con la rapidez suficiente y la intensidad debida, como para que a su sangre llegue la cantidad de oxígeno que necesita, dado que tan sólo un quinto de ese aire es oxígeno, cualquiera puede comprender, que lo más razonable sea que se le ayude, aportándole “oxígeno puro” extra mientras lo necesite.

Y aquí es justo donde se deshace la paradoja, y nos queda solo su apariencia. Porque, como muchas cosas en esta vida, la respuesta depende. Y la canción nos advierte, “Depende ¿de qué depende? / de según como se mire, todo depende”.

Y es así. Sólo que en este caso, depende de lo que entendamos o creamos entender por “oxígeno puro”. Una cuestión entre científica y lingüística. Veamos.

Depende de lo que entendamos por “oxígeno puro” 
Para empezar les he de adelantar que la expresión “oxígeno puro”, como la de “agua pura”, por poner otro ejemplo, desde el punto de vista de la ciencia no tiene ningún sentido. No es correcta. No se debe emplear. De ahí lo del entrecomillado.

Pero obviando este punto que aparcamos, y centrándonos en el proceso de aspirar “oxígeno puro”, les he de hacer algunas puntualizaciones:

Primero. No es cierto que se respire sólo el “oxígeno puro”. El paciente también aspira aire de la atmósfera, que se mezcla con lo que le llega por el tubo.

Segundo. El flujo y la presión con las que le llega ese oxígeno, son inferiores a los del aire inspirado por el propio paciente. De modo que lo que inunda los pulmones del paciente es aire enriquecido con oxígeno.

Y tercero. Y para más inri. En realidad no se trata de “oxígeno puro”. Aunque con un porcentaje próximo al cien por cien (100%), bajo dicha expresión de pureza se halla una mezcla de oxígeno O2, gases nobles y dióxido de carbono CO2.

Más adelante, si procede, retomaremos el asunto éste de lo “puro” y lo correcto.

Aunque es probable que lo sepan, y si no es así es seguro que se lo pueden imaginar. En el comercio, existen diversos modelos de aparatos destinados a la aplicación del oxígeno, ya sea con fines médicos para la respiración o para usos industriales.

Bueno. Pues por estos porqués que les he apuntado, se puede respirar “oxígeno puro” sin que nos resulta fatal. Como ahora sabemos, su composición real en oxígeno dista mucho de la pureza. Sin embargo… (Continuará)


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