jueves, 9 de agosto de 2012

Barón Pierre de Coubertin (y II)


(Continuación) Y para ir acabando este apartado les contaré que fue en este colegio donde, según la tradición, se inventó el deporte del rugby.

Al parecer, un alumno de nombre William Webb Ellis durante un partido de fútbol, cogió el balón con las manos y lo llevó hasta la meta contraria, marcando un gol. Corría el año de 1823, cuarenta años antes de que naciera Pierre de Coubertin.


Regreso a Francia 
Tras su regreso de Inglaterra, nuestro pedagogo, comienza a divulgar los nuevos métodos por toda Francia.

Considera que estos y otros cambios son vitales en el sistema educativo francés, por lo que promueve sus ideas escribiendo artículos y creando sociedades atléticas en los institutos que, a su vez, se asocian en la Unión de Deportes Atléticos.

Funda la primera revista dedicada al deporte, ‘Revue Athlétique’ y logra que el gobierno francés acceda a incluirla en sus programas de la Exposición Universal de Paris en 1889. Recuerden la de la Torre Eiffel.

Para entonces ya había publicado su libro La educación en Inglaterra (1888) y tenía casi acabado Universidades transatlánticas (1890). El deporte comienza a ser tomado en serio por la sociedad.

De ser practicado por minorías o en el colegio, pasa a estar de moda y despertar entusiasmo.

Es entonces cuando el Ministro de Educación le envía a los Estados Unidos, para que continúe su investigación sobre los métodos de enseñanza.

Y tras una gira por medio mundo hablando de paz, comprensión y unión entre los hombres y abogando por la práctica del deporte como elemento común de todo, empieza a tomar cuerpo una idea soñada. La de restaurar los Juegos Olímpicos que se celebraban en la antigua Grecia.

Un proyecto que empieza en la última sesión del Congreso Internacional de Educación Física, que se celebró en la Sorbona de París, el 26 de junio de 1894, con representantes de catorce (14) países, y donde se decide instituir los Juegos Olímpicos. El resto es historia.

Con posterioridad, Pierre de Coubertin, comenzó a fraguar los pilares de lo que sería la reforma educativa en Francia. También publicó, entre 1902 y 1916, una trilogía pedagógica: La gimnasia utilitaria, El análisis universal y El respeto mutuo.

Les dejo con una de sus frases que comparto: “Ninguna reforma de orden político, económico o social, podrá ser fecunda sin la reforma previa de la pedagogía”.

Una verdad evidente para casi todos, menos para los políticos.


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