A corto plazo,
encontrar materia que viaje más rápido que la luz, como es el supuesto caso de
los neutrinos, no parece que vaya a
ejercer una gran influencia en la vida del ser humano.
Pero de forma no
tan inmediata, les hablo a medio y largo plazo, una de sus implicaciones más
obvias sería la de poder viajar en el
tiempo pero, eso sí, retrocediendo
al pasado.
Si se va más
rápido que la luz, sólo cabe retroceder en el tiempo. Es el único sentido que
la teoría prevé, aunque este posible hecho no esté exento de ciertas dificultades
interpretativas.
No debemos
perder de vista que si tuviera lugar tal suceso, se estaría violando la
conexión causa-efecto en la que,
según los postulados de la física
newtoniana, la causa siempre precede al efecto en el tiempo.
Una causalidad que se mantiene también en
el marco de la relatividad especial
y que, además,
imposibilita no sólo poder influir en el pasado, sino también en
objetos distantes mediante señales que se muevan más rápidas que la velocidad
de la luz.
Conducirían a
una situación paradójica. Así que no.
Y esa conocida paradoja es la que se ha utilizado recientemente en un anuncio de televisión. Es probable que lo haya visto.
Empieza diciendo: “Hola Carlos, soy tú dentro de 30 años…”. Por si no es así mejor lo ven.
Y esa conocida paradoja es la que se ha utilizado recientemente en un anuncio de televisión. Es probable que lo haya visto.
Empieza diciendo: “Hola Carlos, soy tú dentro de 30 años…”. Por si no es así mejor lo ven.
“Hola Carlos, soy tú dentro de 30 años”
Forma parte de
la nueva campaña publicitaria televisiva de una conocida cadena de comida
rápida. En ella se ve a un joven en 1981 que, gracias a una llamada telefónica
que recibe en una cabina telefónica, conoce su futuro.
Una llamada que
hace él mismo desde un móvil, treinta años después, en el 2011.
Es la
actualización de la conocida frase que ya trajimos al programa y que pronunció Albert Einstein: “Usted podría enviar un telegrama al pasado”. Un guiño humorístico
del físico, relacionado con la imposibilidad de viajar a una velocidad superior
a la de la luz.
Una de las
consecuencias de su Teoría Especial de
la Relatividad, TER (1905), en la que demuestra que la velocidad de la luz
era el último límite de velocidad de la materia.
Me gusta el
anuncio porque juega a tocar la fibra sensible de los televidentes mediante un
concepto clásico aplicado a la física moderna. Relatividad y sensibilidad de la
mano de un anuncio. No está mal.
Por cierto que
me cuentan que hay un gazapo arquitectónico-temporal al comienzo del anuncio.
Si lo ven me lo cuentan, porfa.
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