¿Es cierto que cuando hace mucho frío es imposible que nieve? (y II)

(Continuación) Por eso es normal que a ras de suelo -y a pesar de que la temperatura esté muy por debajo de 0 ºC, por ejemplo -25ºC- apenas se produzcan precipitaciones en forma de nieve.

Sencillamente es poca la cantidad de agua que hay en la atmósfera que se pueda congelar y caer como nieve. Aunque hay excepciones.

Al nivel del mar

Por ejemplo en las zonas costeras. Unas áreas proclives a tener nevadas locales, que pueden ser incluso intensas, cuando reciben una oleada de aire muy gélido.

Dado que por sus condiciones geográficas ya tienen una atmósfera cargada de vapor de agua, en cuanto aquella se enfría, éste se congela y empieza a nevar.

Así que el secreto de la nevada está en que los dos requisitos meteorológicos necesarios tengan dos orígenes distintos.

Pero esto es a ras de suelo. Todos sabemos que tanto en las regiones de latitudes muy altas, como en muchas zonas de altitud elevada, a pesar de sus atmósferas secas, las nevadas pueden ser copiosas, con temperaturas que pueden llegar a varias decenas de grados bajo cero ¿Cómo se puede explicar?

En lo alto de la montaña

Pues de igual modo. Los requisitos son los mismos. Baja temperatura y grado de humedad ambiental elevado. Y con la incompatibilidad ya apuntada. De modo que sigue siendo imprescindible que tengan un origen distinto. Veamos un par de ejemplos.

En algunas regiones las nevadas las suele provocar la propia orografía. Y así suele nevar en aquellas zonas altas de las laderas que dan al aire gélido que llega. El motivo es porque lo retiene, incrementando así su grado de humedad ambiental.

O en aquellas otras que, estando a baja temperatura, reciban por otros diferentes motivos un aporte adicional de humedad. Es lo que se conoce como un reforzamiento local de las condiciones ambientales. Bien un incremento del grado de humedad del aire, bien una disminución del nivel térmico o temperatura.

Y a propósito de temperatura, ¿cómo se dice, grados centígrados o grados Celsius?

Lo digo porque es frecuente leer en prensa u oír en radio y televisión de temperaturas de cinco grados centígrados o dos grados centígrados bajo cero, mientras que en el instituto los profesores insisten en que se debe decir grados Celsius ¿Quién tiene razón?

Bueno pues en este caso están equivocados los periodistas. Se debe decir grados Celsius y no grados centígrados.

Si lo desean la semana que viene se lo cuento.