DCPS. Calle Julio Verne (y 4)

(Continuación) Él, un hombre, el capitán Nemo, un ser misterioso de origen desconocido, atormentada historia en sempiterna lucha personal con los ingleses y alejado física y emocionalmente de la especie humana, ése es Nemo. Quizás el personaje absoluto del francés, el que mejor expresa su personalidad oculta, aquella que nunca se atrevió a sacar a la luz.

Nemo, el héroe anarquista e individualista que vive en libertad; Verne, el escritor burgués que vive atado a un escritorio; Julio, un hombre revolucionario y rebelde, quien al final de su vida llega a decir: “Me siento el más desconocido de los hombres”. Un chocante y amargo balance humano para quien tuvo un cerebro tan extraordinariamente creativo.

Adelantándose a su tiempo

Volviendo a la nave submarina, hay un aspecto realmente novedoso en el Nautilus, su fuente de energía propulsora que no era manual ni a vapor, sino eléctrica.

La corriente eléctrica, un fenómeno físico causado por el desplazamiento de una carga (ión o electrón) y producido por primera vez en 1800 por el físico italiano Alessandro Volta (1745-1827) con la invención de la primera pila eléctrica.

Un método nada común en la época, aún no se había utilizado en el alumbrado público, y por la que Verne sin embargo apostó para la propulsión de su submarino, una gran visión de futuro científico, y técnico a qué dudarlo, y lo sorprendente es que no fue la única de sus extraordinarias ideas.

Resulta que el Nautilus recargaba sus pilas en el mismo fondo del mar, a partir de los materiales químicos allí existentes, no olvidemos que las pilas actuales se fabrican con esas mismas sustancias químicas de la naturaleza: cobre (Cu), cinc (Zn), etcétera, aunque eso sí, tratadas previamente. 

También hablaba Verne de la electrolisis, de unir hidrógeno (H₂) y oxígeno (O₂) para obtener electricidad y vapor de agua (H₂O), toda una anticipación de las inminentes pilas de hidrógeno, un método energético aún en fase desarrollo pero que, todo lo hace pensar así, serán el futuro alternativo a los combustibles fósiles.

Acerca del submarino verniano

El submarino es uno de esos tantos inventos que se atribuye al francés universal de manera totalmente errónea, un errado lugar común de la supuesta divulgación científica pues la realidad es que ya existían en esa época prototipos que funcionaban.

Sin ir más lejos, en España, el licenciado en derecho Narciso Monturiol ya se había adelantado unos años (1859) al literario submarino Nautilus de Verne. Como lo lee. (Continuará)

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[**] El original de esta entrada fue publicado el 03 de abril de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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