En la redacción de este Diccionario de 2014, ya les he comentado que se han tenido en cuenta tanto la nueva Gramática, como la Ortografía y el Diccionario de Americanismos.
De lo que quizás no les haya hablado es de lo manejable que resulta el volumen al tener, no sólo un tamaño menor que sus antecesores, sino menor masa. Es algo que se ha conseguido utilizando un papel más fino, aunque su transparencia es aceptable.
Por cierto, y puesto a decir, sepan que el volumen ha sido impreso en Italia. Sí, como lo leen. Y no. No me pregunten por qué. Lo ignoro. Y vamos con las misceláneas.
Misceláneas presentes
Sin duda la lista de nuevos términos es larga. Sirvan de botón de muestra: spa, agroturismo, feminicidio, chupi, interactuar, empoderar, impasse, externalizar, posproducción, multiculturalidad o precuela. Y amen de ellas, además, están las que aportan, por ejemplo, los nuevos modelos de convivencia entre personas: Amigovio/via y homoparental, que alude a las familias formadas por dos personas del mismo sexo.
También las nuevas acepciones para viejas palabras. Como matrimonio, que en determinadas legislaciones, define la unión de dos personas del mismo sexo. O buscador, iluminado, papillote, patalear, perla, prontuario, radial o reclamo.
Dentro del mundo del deporte aparece abdominal, en alusión al ejercicio dirigido a fortalecer los músculos abdominales. Del entorno juvenil nos ha llegado tunear; o nos han impuesto nuevas acepciones para: botellón, una reunión al aire libre en la que se bebe alcohol y caballito, una maniobra con la motocicleta.
Y del de la moda, el ya casi superado metrosexual y los más coloquiales muslamen o subidón. Sin comentario.
En todas ellas el Diccionario, además de su uso, ha tenido muy en cuenta su implantación. Por eso están presentes. Lo que no se puede decir de todas: las misceláneas ausentes.
Misceláneas ausentes (por esta edición)
Son palabras en lista de espera. Y es que para dar de alta una palabra, los académicos deben tener en cuenta no sólo que venga avalada por el uso, sino que deben observar su proyección y asentamiento. En cualquier caso, una vez dentro, no todo está ya hecho. Entrar en el Diccionario no garantiza que vayan a pervivir en él. Cuesta más mantenerse que llegar.
Entre los términos que esperarán a otra ocasión, hasta que confirmen si su uso actual es efímero o si, por el contrario, se consolida nos encontramos con: Selfie, parece que los tiros académicos apuntan más bien hacia autofoto. Finde, que es probable termine cerrándole el paso a weekend.
Y cronopio, guasap o clicar, que son algunas más, junto a bug, error en un programa, o backup, copia de seguridad. Como también tendrán que esperar teocentrismo, identitario, choni, retroalimentar, vintage, pibón o táper.
A pesar de los pesares, siguen sin aparecer las voces mouse y liga, ésta en la acepción de enlace a una página web. Lo que tampoco nos debe sorprender, pues no aparece link.
Volviendo al terreno del deporte, y en concreto al del futbol, tampoco aparece rojiblanca para designar, de esta forma cromática, a la afición del Atlético de Madrid.
Addenda futbolera
Un camino que por cierto, ya tienen recorridos las aficiones del Barcelona y del Real Madrid, blaugrana la una y merengue la otra. Ya veremos que ocurre con la del Atlético.
Es sin duda una curiosidad más de este magnífico deporte, que no nos debe sorprender. Sabido es que “Fútbol e fútbol, e gol e gol”.
Pero no todas las palabras se incorporan al diccionario a cámara lenta. Algunas lo hacen con extraordinaria rapidez. Es como si tuvieran vida propia y nadie pudiera evitar su expansión.
De los mejores ejemplos a poner, ésta de fútbol, que de forma nítida arrasó en toda España a la de balompié.
Bueno, en toda no. El término balompié reina en el verdiblanco club del sevillano barrio de Heliópolis: el Real Betis Balompié.
Y lo dejo aquí, que yo sólo le quería decir que serendipia ya aparece en el DRAE.
¡Viva er Betis manque pierda!
1 comentario :
He leído su entrada sobre la serendipia y me gustaría que escribiera algo más.
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