Un nuevo caso más del “techo de cristal”. O de una mano negra.
Hay quienes piensan que este posicionamiento de Fred Hoyle a favor de Susan Bell, tuvo para él negativas consecuencias nobeleras. Sí. Lo que imagino que está imaginando. Más o menos, tres cuarto de lo mismo que le pasó a la Bell.
Pero vayamos por parte.
¿Mano negra?
Por aquél entonces Hoyle era ya un astrónomo conocido y reconocido, por ser coautor del famoso artículo ‘Síntesis de los Elementos en las Estrellas’, publicado en la revista Reviews of Modern Physics en 1957.Un artículo que, en realidad, era la constatación oficial del triunfo de su hipótesis y que había empezado a madurar hacia 1946. Cuando todo el mundo pensaba que los elementos químicos se habían formado durante la Gran Explosión.
Un error de origen que forma parte de nuestra historia, pero que no hace al caso. Para lo que nos trae, tuvieron que transcurrir bastantes años.
Sólo entonces se materializó la parte más oscura de esta historia.
Tuvo lugar en 1983, cuando el comité del Premio Nobel reconoció la valía de esta investigación, pero su autoría la hizo recaer en el astrofísico hindú Subrahmanyan Chandrasekhar (1910-1995) y en el físico estadounidense William Fowler (1911-1995).
Ellos fueron los que recibieron el Premio Nobel de Física en 1983, por su trabajo sobre procesos de importancia en la estructura y evolución estelares.
Fue Fred Hoyle quien tuvo la idea y era a él a quien debían haber dado el galardón. Mas no fue así, ¿por qué?
Una pregunta en busca de respuesta (o de respuestas)
Como suele ocurrir, la verdad no siempre se manifiesta de forma simple. Quizás se pudo deber al hecho de que Hoyle, siempre fue un científico bastante heterodoxo en sus teorías.Una especie de verso suelto en el poemario de la ciencia de la época.
Recordar a modo de prontuario que nuestro hombre es conocido principalmente por su teoría de la nucleosíntesis estelar y sus controvertidas, a la vez que paradójicas, ideas sobre otros asuntos cosmológicos.
Por ejemplo su rechazo a la teoría del Big Bang, expresión jocosa que acuñó en un programa de radio de la BBC y con la que le salió el tiro por la culata.
Hoyle defendió su modelo de universo estacionario o Teoría del Estado Estacionario y popularizó en 1978, junto al astrofísico británico Chandra Wickramasinghe (1939), la teoría de la Panspermia.
Según la cual la vida puede tener su origen en cualquier parte del universo; es decir, no es exclusiva o procede directamente de la Tierra. Incluso va más lejos.
Podría ser que la vida en nuestro planeta provenga del espacio exterior. Que los primeros seres vivos hayan a la Tierra a bordo de meteoritos o cometas.
Una idea sorprendente pero no nueva.
Su origen es fácil rastrearle en algunas de las consideraciones del filósofo griego Anaxágoras (500-428 aC).
Un origen extraterrestre para la vida en nuestro planeta, y un fenómeno por el que sería posible la existencia del mismo tipo de vida en diferentes mundos.
Una idea que da que pensar y va en contra de no pocas creencias.
Hoyle bien se pudo quedar sin su merecido Nobel por estas “estridencias científicas”.
O también porque criticó duramente al comité sueco cuando concedió el Premio Nobel de Física a Hewish y se lo negó Bell, por entonces sólo una estudiante de doctorado.
Podría ser también.
Addenda
El caso es que, por desgracia, no parece, ni siquiera en la actualidad, que esté suficientemente enterrada la arrogante frase, atribuida al físico estadounidense Robert Oppenheimer (1904-1967) y que ya ha sido enrocada: “La mujer nunca levantará cabeza en la ciencia de las estrellas”. No.Si nos atenemos a las últimas estadísticas publicadas, no andaba descaminado el padre de la bomba nuclear. Por desgracia, insisto.
Por supuesto y volviendo a la Bell, es de justicia dejar dicho que no le han faltado premios y reconocimientos a su labor desde entonces. Pero de los púlsares...
Susan Jocelyn Bell, una Hacedora de la Ciencia.
1 comentario :
¿A qué se refiere con del de "techo de cristal"
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