lunes, 14 de octubre de 2013

¿Nacen más niños con la Luna llena?


No sé enrocado lector cuál es su creencia, opinión o pensamiento sobre la respuesta que corresponde a tan curiosa y entrañable cuestión. Pero intuyo que sí sabe esto: no son pocas las personas para quienes es afirmativa.

Para ellas es cierto que nacen más niños con la Luna llena que con cualquier otra fase lunar. Es más, si te muestras extrañado al oírlo, te espetará con bastante rotundidad que cómo es posible que no lo sepa. Si es algo sabido por todo el mundo.

O sea que estamos ante una creencia popular. Otra credulidad más de las transmitidas boca a boca a través de los siglos y que ya forma parte de nuestro saber y cultura popular.

Un mito holístico que relaciona nuestro cuerpo con la naturaleza, en este caso la Luna y el parto. Y está más que claro que el satélite influye en la naturaleza, no hay más que ver las mareas.

Pero no lo está menos el hecho de que, en absoluto, guarde relación alguna con el ritmo y la velocidad de ovulación de los ovarios de ninguna mujer. Claro y seguro.

Sin embargo, como dicen que toda mentira esconde algo de verdad, desde esta enrocada tribuna divulgadora debemos plantearnos si hay algo de cierto en esta leyenda. Y a ello vamos. Pero como no quisiera crear falsas esperanzas desde ya le advierto que la respuesta es negativa.

No sólo no existe una teoría científica que justifique una relación entre estos fenómenos naturales, nacimientos humanos y fase lunar, sino que no hay dato empírico alguno que avale esa pretendida relación. Más bien todo lo contrario.

Desde el punto de vista de la ciencia, y hasta donde sabemos, nuestro bello y único satélite no tiene ningún poder sobre las mujeres a la hora de dar a luz.

Así que ya lo sabe. A pesar de lo que oiga, y se lo diga quien se lo diga, el plenilunio no tiene la menor influencia sobre el aumento de nacimientos, como tampoco lo tiene en el adelanto de los partos. De modo que nada de nada, lo de la influencia es un cuento chino.

Un mito erróneo. Otro de tantos.

El mito del parto y la Luna llena
Sin embargo la creencia está y sigue ahí.

Y sus defensores aportan lo que para ellos son pruebas: que si saben de más de un parto que tuvo lugar con la Luna llena; que si estadísticamente es un hecho conocido en los hospitales, que no dudan en reforzar los servicios de maternidad en esas fechas; que si lo han leído en revistas (Más allá, Año Cero) que le parecen serias ¿?.

Incluso los hay que aseguran, y de forma firme, que tal afirmación está demostrada por la ciencia.

Es más, hasta incorporan un supuesto argumento. La conocida, cierta y demostrada influencia gravitatoria que tiene la Luna sobre las mareas terráqueas.

Y claro ellos extrapolan el asunto. Si la Luna puede con los océanos, ¿cómo no va a influir sobre el cuerpo humano, compuesto en un ochenta por ciento (80%) de agua, H2O? ¿Cómo no va a “marear” al líquido amniótico que envuelve al feto?

Bueno, pues ya ve. Supuestas pruebas científicas y diferentes disciplinas como ciencia del espacio, mecánica gravitatoria, bioquímica, estadística, fisiología humana, parecen estar detrás de la leyenda. Y como se suele decir, donde vemos que hay humo es que hay fuego.

Lo cierto es que dicho así, desde la distancia y a vuela pluma -y a pesar de la categórica negación científica de su certeza-, parece que el asunto partero-lunero tiene buena pinta. O sea que el mito tiene base científica. Podría ser.

No obstante conviene ser prudente.

En más de una ocasión le he advertido que de cerca las cosas no son como parecen de lejos. Y hasta ahora no nos hemos equivocado.

¿Qué ocurre si el fenómeno lo observamos en proximidad y con detenimiento? ¿Seguirá teniendo tan buena pinta de cerca? Y si le aplicamos algo de lógica, ¿en qué se nos queda el mito? Y claro, a todo esto, ¿qué pruebas aporta la ciencia, única juez cierta?

Porque a lo mejor, y como suele ocurrir a veces, donde hay humo resulta que sólo hay eso, nada más que humo. Y te lo están vendiendo. Ya me entienden.

Bien. Empecemos por el principio que comienzo quieren las cosas. (Continuará)




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