lunes, 18 de marzo de 2013

A. EINSTEIN: UNA BIOGRAFÍA. Juventud (VII)


Comienzo de la Física Cuántica 
Así se inicia y desarrolla la solución a una de las "... dos pequeñas nubes oscuras" que W. Thomson (1856-1940), convertido ya en Lord Kelvin, declaró ver en el horizonte del conjunto -perfectamente armónico y, en lo esencial, acabado- que le parecía la Física

O lo que lo mismo, la “catástrofe ultravioleta”, de la ley de Rayleigh-Jeans.

Como sabemos, el asunto culminó en un nuevo campo de conocimiento científico: la Física Cuántica. Uno de los pilares de la Física Moderna, únicamente válida -y por tanto aplicable- cuando el sistema tiene el tamaño del átomo o inferior.


En este micromundo, las leyes clásicas no se cumplen. Hay que sustituirlas por las de la física cuántica pero, a diferencia de la relatividad, esta sustitución supone una ruptura drástica con la Física Clásica.

Curiosidades sobre el Premio Nobel
No faltan las anécdotas alrededor de la concesión del Premio Nobel de Física a Albert Einstein.

La primera es relativamente conocida. A pesar de la idea generalizada que se tiene, el premio, no lo recibió por la teoría de la relatividad. Fue por ese trabajo sobre el efecto fotoeléctrico (E.F.E), con el que obtuvo el laureado galardón en 1921.

Dieciséis años después de la publicación del artículo.

Y, ésta es la segunda, no antes de que R. Millikan (1868-1953) confirmara, vía empírica, su hipótesis. Un retraso sólo justificable por lo que de novedoso y rompedor tenían sus aportaciones, cuántica y relativista, al conocimiento científico.

Algo demasiado especulativo y revolucionario para la época.

Además, aquí la tercera, Einstein fue propuesto para el premio, por primera vez, en 1910 y, desde entonces, había sido finalista todos los años menos dos. Tal era el carácter reacio y conservador del comité, frente a los así denominados “desatinos einstenianos”.

Aunque se lo concedieron en 1921, en realidad, estaba retenido desde el año anterior, y no lo recibió hasta el año siguiente, 1922. Para entonces, sin embargo, ya era mundialmente famoso por la teoría de la relatividad. Una curiosidad más.

Aunque cabe mencionar otra, en relación con el premio.

En 1919, Einstein, se divorció de su primera mujer Mileva y, entre las cláusulas del divorcio, llama la atención que se incluyeran las treinta mil (30 000) coronas con las que estaba dotado el premio Nobel.

Sorprende porque, ¡el premio no se lo habían concedido aún! Era evidente la fe ciega que ella tenía en él, y la confianza que él tenía en sí mismo. Para ambos, sólo era cuestión de tiempo.

Movimiento browniano 
El segundo trabajo, que fue continuación de su tesis doctoral, llegó a Anales de Física el 11 de mayo y fue publicado en julio. Bajo el título “Sobre el movimiento que viene impuesto por la teoría cinética del calor a las partículas en suspensión en líquido en reposo”, estudiaba el movimiento browniano.

Un fenómeno descubierto en 1820 por R. Brown (1773-1858), al observar por el microscopio el fortuito movimiento zigzagueante de los granitos de polen suspendidos en el agua.

Lo había acabado un mes después del primero y, quizás, sea el menos importante de los cuatro, aunque no por eso menos imaginativo. Su objetivo, entre otros, también era el de medir el tamaño de los átomos y demostrar su existencia real.

Una realidad que, en esa época, aún era cuestionada por científicos de la talla del premio Nobel W. Ostwald o el físico y filósofo E. Mach.

Planteaba la explicación del movimiento browniano en términos cinético-moleculares, y hacía una predicción del número y la masa de las moléculas contenidas en un determinado volumen de solución.

Sugería que el estado de agitación de las moléculas de agua era tal, que chocaban incesante y enérgicamente con las partículas en suspensión, provocándoles ese errático movimiento visible sólo al microscopio. (En la investigación científica, la imaginación es más importante que el conocimiento).

Fue una importante contribución a la mecánica estadística moderna, y es curioso el hecho de que, las ecuaciones deducidas para este movimiento errático del polen, también hayan permitido describir fenómenos tan diferentes como las fluctuaciones bursátiles del mercado de valores o el comportamiento de los contaminantes que transporta el aire.

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