¿Qué son los Idus de marzo?

Con el término latino de idus los romanos designaban, en el antiguo calendario, al día trece (13) de los siguientes meses: enero, febrero, abril, junio, agosto, septiembre, noviembre y diciembre. Y también, al día 15 de los restantes meses: marzo, mayo, julio y octubre.

Luego los idus de marzo corresponden al decimoquinto día del mes de Martius o marzo. Mes dedicado al dios de la guerra Marte y que, precisamente, es hoy.

Pero los idus no son los únicos momentos clave del calendario romano que tenían nombre propio.

Otras referencias del calendario romano eran las calendas (el primer día de cada mes) y las nonas (el quinto día excepto en marzo, mayo, julio y octubre, que era el séptimo día).

Unos días estos, los idus, que según la creencia popular, eran jornadas de buenas noticias. Así lo fue hasta que un revés de la historia hizo cambiar esta simbología de buen presagio. Porque en un 15 de marzo Julio César fue asesinado, en concreto el del año 44 a.C.

Una historia que trajo cola y alguna que otra curiosidad.

Sobre la primera de las curiosidades

Cronológicamente hablando, la primera de ellas guarda relación con el asesinato de Julio Cesar, que tuvo lugar en el idus de marzo del año 44 a. C.

Un luctuoso hecho del que, según el escritor Plutarco, el propio Julio habría sido advertido. Pero un peligro que el interesado obvió con cierto escepticismo. En palabras del autor griego:

“Lo que es más extraordinario aún es que un vidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo. Y ese mismo día, cuando iba al Senado, Julio César se lo encontró y riendo le dijo: «Los idus de marzo ya han llegado»; a lo que el vidente contestó compasivamente: «Sí, pero aún no han acabado»".

Como sabemos el vidente acertó y Julio Cesar fue asesinado ese día por un grupo de senadores. Desde entonces ese idus de marzo está teñido de sangre, representando, por sí mismo, toda una simbología.

Y aunque con el cambio de calendarios, alrededor del siglo III, estas denominaciones para los días terminaron siendo sustituidas por los actuales días de la semana, los idus se han seguido utilizando, coloquialmente, como referencia durante los siguientes siglos. Referencias sobre todo artísticas.

Referencias sobre todo artísticas

En particular literarias, cinematográficas y musicales.

Entre las primeras citaremos al escritor inglés William Shakespeare (1564-1616) quien en su Julio César de 1599, obra en la que recreaba la conspiración que acabó con el asesinato del mandatario, la citaba: «¡Cuídate de los idus de marzo!».

Con posterioridad, en 1948, el escritor estadounidense Thornton Wilder, tres veces ganador del premio Pulitzer, escribía una novela titulada así, Los idus de marzo.

Más recientemente, los idus volvieron a estar de moda, esta vez vino de la mano del mundo del cine. Hace un par de años, en el 2011, se estrenó la película Los idus de marzo, protagonizada y dirigida por George Clooney.

Ya saben ese hombre televisivamente pegado a unas cápsulas de café.

Y por último musicales. Un par de ellas. La primera por ser el título de una canción. Los idus de marzo es también el nombre de un tema instrumental recogido en el disco Killers (1981), segundo disco de la banda británica de heavy metal Iron Maiden.

La segunda por ser Idus de marzo el nombre de una banda de rock estadounidense, autora del éxito Vehicle. Esta banda fue fundada en 1964 por Jim Peterik quien años después, en 1978, fundó Survivor.

Un conjunto musical ligado a Cita con la Ciencia en la emisora Radio Guadalquivir 107,5 Sevilla, ya que uno de su éxitos, Eye of the Tiger, da fondo musical a la cabecera de la sección que tengo el privilegio de realizar en el programa Desde San Juan que dirige Sara Zurita.

A título de curiosidad recordar que fue el propio Sylvester Stallone quien en 1982 contrató al conjunto para que escribiera y tocara el tema principal de su película Rocky III.

Y en el terreno de las disculpas les presento las mías por la autocita. Pero me venía rodada y no me he podido resistir. Y eso que estoy (estamos) avisados por el Eclesiastés: «Vanitas vanitatum omnia vanitas» («Vanidad de vanidades, todo es vanidad»).

Qué gran verdad.