(Continuación) Hemos visto que no es necesario gritar para romper una copa. No hace falta que la potencia del sonido, de las ondas sonoras, sea elevadísima.
Sólo es necesario que se produzca el fenómeno de la resonancia.
Sólo es necesario que se produzca el fenómeno de la resonancia.
De hecho ni
siquiera es necesario que el sonido sea directo.
O al menos eso dijo en su momento, la compañía fabricante de cintas cassettes de audio, Memorex, que en los años setenta lanzó una campaña publicitaria televisiva realmente sorprendente e impactante.
O al menos eso dijo en su momento, la compañía fabricante de cintas cassettes de audio, Memorex, que en los años setenta lanzó una campaña publicitaria televisiva realmente sorprendente e impactante.
Estaba basada en
la cantante estadounidense de jazz Ella
Fitzgerald (1917-1996), conocida como La
primera dama de la canción, quien en el anuncio cantaba una nota que
lograba romper una copa de cristal.
El factor
sorpresivo del anuncio venía del hecho que la nota había sido grabada en un
cassette, naturalmente marca Memorex,
y cuando se reprodujo la cinta, la nota
grabada también hizo estallar una copa.
Una prueba a su
entender de la calidad grabadora-reproductora del producto y un magnífico
reclamo publicitario sin duda. De ahí su slogan: ¿Es en directo o es Memorex?
No sé que decirle al respecto. La empresa sigue sosteniendo hoy día la veracidad del hecho, que por otra parte sabemos que es factible. Eso sí.
Factible siempre
que el volumen del sonido tenga un
valor mínimo, el cristal de la copa tenga la pureza suficiente, se den las circunstancias físicas que favorezcan
la resonancia y hagamos la
experiencia de la forma correcta.
Todo intento bueno
necesita de cuidados atentos. Les dejo con el vídeo. (Continuará)
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